Todos nos preguntamos al ver tal título qué significará descarbonizar. La palabreja en cuestión hace referencia a un proyecto en el que participan ochos países (de los cuales España no está entre ellos) para capturar y enterrar dióxido de carbono. El proyecto DECARBit (abreviatura de descarbonízalo en inglés) contará con un presupuesto de más de 15 millones de euros, es una de las iniciativas más ambiciosas para desarrollar sistemas alternativos de lucha contra el cambio climático. Esta reducción podría alcanzar el 20% del total.
Los objetivos del proyecto son los siguientes: desarrollar tecnologías que abaraten hasta hacer competitivo el precio de la captura del carbono (se habla de 15 euros por tonelada), y acelerar la puesta en funcionamiento de tecnologías que conduzcan a la creación de 10 o 12 plantas a gran escala para el año 2020.
La captura del carbono puede realizarse a través de tres métodos: precombustión, poscombustión y oxicombustión. En la precombustión (como su nombre bien indica), la captura del dióxido de carbono se produce antes de la combustión en la central. En la poscombustión, el dióxido de carbono es separado de los gases una vez que ha sido expulsado, y en la oxicombustión implica la quema de gas o carbono con oxígeno puro, lo que crearía un dióxido de carbono puro.
DECARBit se centrará en la precombustión. Para ello se separa el carbono del combustible antes de que se queme en las calderas o en las turbinas de gas, que es el paso en que se forma el dióxido de carbono. Para combustibles sólidos, como el carbón, hay que gasificarlo hasta convertirlo en monóxido de carbono e hidrógeno. El monóxido de carbono se trata con agua para conseguir dióxido de carbono. Este gas se separa, y es capturado, dejando como combustible el hidrógeno, que tiene la ventaja de que al quemarse produce sólo vapor de agua. En caso de que el combustible sea gas natural, es necesario un reformado catalítico de los hidrocarburos, y a partir de ahí se seguiría un proceso similar.
Después de capturar el dióxido de carbono, éste se acondicionará para el transporte, teniendo en cuenta la humedad o la separación de trazas de otros compuestos. Habrá que comprimirlo y bombearlo al almacén a través de gasoductos o en barcos.
El dióxido de carbono sería entonces inyectado en yacimientos de petróleo o gas agotados (o parcialmente agotados, para facilitar la recuperación de petróleo de difícil extracción) o en acuíferos de más de mil metros de profundidad donde podría permanecer miles de años.
Las limitaciones a la hora del dióxido de carbono capturado son más económicas que técnicas, como siempre en todo en esta vida.
¿Una solución factible? ¿U otro ejemplo más de proyectos de imposible coste y que no se llevarán a cabo?
Los objetivos del proyecto son los siguientes: desarrollar tecnologías que abaraten hasta hacer competitivo el precio de la captura del carbono (se habla de 15 euros por tonelada), y acelerar la puesta en funcionamiento de tecnologías que conduzcan a la creación de 10 o 12 plantas a gran escala para el año 2020.
La captura del carbono puede realizarse a través de tres métodos: precombustión, poscombustión y oxicombustión. En la precombustión (como su nombre bien indica), la captura del dióxido de carbono se produce antes de la combustión en la central. En la poscombustión, el dióxido de carbono es separado de los gases una vez que ha sido expulsado, y en la oxicombustión implica la quema de gas o carbono con oxígeno puro, lo que crearía un dióxido de carbono puro.
DECARBit se centrará en la precombustión. Para ello se separa el carbono del combustible antes de que se queme en las calderas o en las turbinas de gas, que es el paso en que se forma el dióxido de carbono. Para combustibles sólidos, como el carbón, hay que gasificarlo hasta convertirlo en monóxido de carbono e hidrógeno. El monóxido de carbono se trata con agua para conseguir dióxido de carbono. Este gas se separa, y es capturado, dejando como combustible el hidrógeno, que tiene la ventaja de que al quemarse produce sólo vapor de agua. En caso de que el combustible sea gas natural, es necesario un reformado catalítico de los hidrocarburos, y a partir de ahí se seguiría un proceso similar.
Después de capturar el dióxido de carbono, éste se acondicionará para el transporte, teniendo en cuenta la humedad o la separación de trazas de otros compuestos. Habrá que comprimirlo y bombearlo al almacén a través de gasoductos o en barcos.
El dióxido de carbono sería entonces inyectado en yacimientos de petróleo o gas agotados (o parcialmente agotados, para facilitar la recuperación de petróleo de difícil extracción) o en acuíferos de más de mil metros de profundidad donde podría permanecer miles de años.
Las limitaciones a la hora del dióxido de carbono capturado son más económicas que técnicas, como siempre en todo en esta vida.
¿Una solución factible? ¿U otro ejemplo más de proyectos de imposible coste y que no se llevarán a cabo?
Laura Gutiérrez.
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