viernes, 26 de abril de 2019

DICKINSONIA, UNA CONTROVERSIA CIENTÍFICA (y III): ... EN ESTO, LLEGÓ RETALLACK.


Gregory J. Retallack es un paleontólogo nacido en Hobart (Tasmania, Australia) y profesor en la Universidad de Oregón, especializado en suelos fósiles. Sus investigaciones han enfatizado la importancia de los paleosuelos en la reconstrucción de paleoambientes y de procesos evolutivos. Por ejemplo, el estudio de paleosuelos devónicos (entre 410 y 360 millones de años atrás) asociados con yacimientos ricos en vertebrados fósiles sugiere que la transición de peces a anfibios ocurrió en ambientes boscosos. Otro ejemplo importante es el de los paleosuelos asociados a fósiles de Proconsul  (primate probable antepasado de los simios actuales) en Kenia, que muestran un posible desarrollo de la posición erguida en bosque, y no en sabanas, como se pensaba hasta hace poco.

En relación con períodos mucho más antiguos, las investigaciones de Retallack en Suráfrica han retrasado la colonización de la tierra firme por formas de vida simples hasta al menos hace 2200 millones de años. En general, sus trabajos ponen de manifiesto que el medio terrestre ha jugado en la evolución un papel más importante (y desde épocas mucho más antiguas) de lo que antes se creía.

Con respecto a la biota de Ediacara, Retallack es conocido por sus controvertidas interpretaciones de algunos fósiles como posibles líquenes o mixomicetos. Este sería, según nuestro científico, el caso de Dickinsonia. Si aceptamos, como propone, que los fósiles de Ediacara se preservaron en paleosuelos, esto significaría que no corresponden a organismos marinos. Estaríamos hablando, pues, de una radiación adaptativa terrestre al menos 200 millones de años antes de lo que se pensaba que había sido la conquista de la tierra firme por los antepasados algales de las plantas. 


La mayor objeción a esta hipótesis proviene del Sol. No parece que hace 650 millones de años existiera ya una ozonosfera que, como la actual, absorbiera la mayor parte de la radiación ultravioleta. En consecuencia, todo ser vivo que habitase en la superficie del agua o de la tierra estaría expuesto a esta letal radiación. Pero existen dos posibles modos – no totalmente excluyentes – de salvar esta objeción:

1.- Retrasar también la formación de la ozonosfera, a partir del oxígeno liberado por las cianobacterias y las algas, al menos hasta esta época.

2.- Imaginar un ambiente interfásico entre la tierra y el mar, donde estos organismos pudieran prosperar protegidos de los rayos UV: algo así como vastas llanuras intermareales, marismas y charcas interconectadas, en las que algo de agua protegiera, al menos durante parte del año, a los seres vivos de las radiaciones de alta energía.

La cuestión permanece abierta y, sin duda, nuevos hallazgos permitirán decantarnos por una de estas u otras opciones. Hasta entonces, podemos admirar la delicada belleza de este organismo, involuntario embajador de una época en la que la vida desplegada sobre la Tierra era tan fascinante como diferente de la actual.
Rubén  Nieto.

sábado, 20 de abril de 2019

PARÁLISIS DEL SUEÑO


Seguro que eres del 60% de personas que alguna vez se ha preguntado en mitad de la noche en su cuarto¿ Por qué no puedo moverme? ¿Por qué no puedo hablar ni hacer nada aunque esté viendo todo lo que me rodea?
La respuesta a estas preguntas se encuentra en la parálisis del sueño.Este es un trastorno en el cual la persona siente que está consciente pero que es incapaz de mover su cuerpo o hablar, aunque sí puede percibir lo que está sucediendo a su alrededor.Dicho trastorno tiene lugar en una de las etapas del sueño, denominada REM, en la cual se produce la atonía muscular, que significa que la actividad de nuestros músculos voluntarios se suprime durante esta.Una vez terminada esta fase o al despertarnos, dicha atonía llega a su fin, pero puede ocurrir que la persona se despierte durante dicha fase, lo que provocaría la parálisis del sueño.
A pesar de no conocerse con certeza sus causas, se asocia a: la falta de sueño, la apnea del sueño(causada por un colapso en las vías respiratorias momentáneo durante el sueño), la narcolepsia( una alteración del sueño), el estrés excesivo, los trastornos de ansiedad, ataques de pánico, depresión, trastorno bipolar o trastorno de estrés postraumático. Los síntomas más manifestados por las personas que la sufren son: dificultades para respirar o presión en el pecho, miedo o pánico, alucinaciones visuales, sensitivas( las más frecuentes) o auditivas, ansiedad o angustia. No todas las personas sufren estos síntomas y tampoco todas abren los ojos durante el episodio.
Todo esto provoca que la persona sufra pánico a la hora de dormirse, y por lo tanto que sufra insomnio, lo cual hará que la persona se encuentre durante todo el día en un estado máximo de cansancio.
La duración de estos episodios suele ser variable.Generalmente son de una duración corta, de entre veinte segundos hasta dos minutos.Pasado ese tiempo, la parálisis remite espontáneamente y sin consecuencias.Hablar de un período de duración más largo es inhabitual.
Esto nos lleva a lo importante que es saber si sufres este trastorno para simplemente aprender a controlarlo y no sufrir innecesariamente. Cuando lo sufras lo primero que debes de hacer en calmarte.La respiración es algo esencial para salir de la parálisis del sueño,la tienes que controlar muy bien.Otra cosa que ayuda es concentrarte en pequeñas zonas de tu cuerpo que puedas mover, por ejemplo, los dedos de las manos y los pies o la lengua. A partir de ahí puedes intentar mover el resto de tu cuerpo poco a poco para lograr despertar tu cuerpo.
Si no consigues despertarte,o te ocurre muy frecuentemente, deberías acudir a un profesional, él te realizará una serie de pruebas como un estudio del sueño, en el cual duermes toda la noche en un hospital, conectado a máquinas que informaran al doctor o doctora del estado de tu sueño y te ayudará a prevenir el trastornos y controlarlo. En definitiva, la parálisis del sueño puede ser aterradora para muchas personas, ya sea por por lo que te imagines mientras la sufres o por la simple imposibilidad de mover tu propio cuerpo.Realmente no es peligrosa pero hay que ser conscientes de que es mucho más común de lo que creemos y que necesitamos estar informados de ella.
Andrea Blanco Ramos.

domingo, 7 de abril de 2019

ALZHEIMER

¿Recuerdas la primera vez que te bañaste en la playa? ¿Tu primer amor? ¿Recuerdas aquel día en el que no pudiste parar de reír? ¿El mejor día de tu vida? ¿Recuerdas el cálido amor de tus padres cuando te encontrabas nervioso por algún examen? ¿Recuerdas tu vida?
Los seres humanos, si de algo vivimos, es a base de recuerdos. Hemos adquirido la capacidad de poder separar alma y cuerpo, de ahí la importancia que hemos logrado como especie. Hemos asentado una sociedad en base al culto a la educación y a los saberes generales. Si tienes una enfermedad, probablemente, estarás sano al poco tiempo. Sin embargo, existen enfermedades, que, en detrimento de atacar al cuerpo como tal, atacan a la residencia de nuestra alma, esto es, a nuestro cerebro. Un ejemplo ampliamente conocido de estas enfermedades neurodegenerativas es el Alzhéimer.
El Alzhéimer es un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas suelen agravarse de forma gradual, llegando a interferir en la correcta realización de las tareas rutinarias. La cifra de personas afectadas por el Alzhéimer es reveladora: de un 60-80% de los casos mundiales de demencia son por esta enfermedad. Esta enfermedad, se ve correlacionada directamente con la pérdida de sinapsis neuronal (unión entre neuronas). Los síntomas más comunes de esta enfermedad en su fase inicial son la dificultad de recordar conversaciones o hechos recientes, olvido de nombres, lugares y objetos, repetición de las mismas preguntas de forma asidua…. hasta llegar a presentar dificultades en el habla, al comer (disfagia), para desplazarse, etc. Es por ello que queremos evitar esta enfermedad a toda costa. El principal reto de la medicina y la ciencia actuales reside en poder realizar cuadros de personas con cierta vulnerabilidad y poder diagnosticar con mayor facilidad esta patología. Determinados estudios trabajan, por ejemplo, en el diagnóstico mediante una prueba sencilla con el aliento .
David Arjona

 
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