viernes, 25 de abril de 2025

SOBRE EDUCACIÓN Y PERSPECTIVA GLOBAL / ON EDUCATION AND GLOBAL INSIGHT

 

A través de Rosa Segura, leo una entrevista a David Bueno, que defiende la importancia de las artes (Música, Plástica, Teatro) en la educación, por contribuir a formar un cerebro abierto, flexible y adaptable. Esto me sugiere algunas reflexiones.

1. 1.- De acuerdo. Las Artes  contribuyen en gran medida a todo ello. Tienen un lugar importante en la educación de las personas.

2. 2.- De acuerdo también con los expertos en didáctica de las Matemáticas en que estas contribuyen a lo mismo a través de la concentración, estrategias de resolución de problemas, modelización de situaciones cotidianas, etc. También tienen un lugar importante en la educación de las personas.

3. 3.- De acuerdo, claro está, en que las lenguas extranjeras contribuyen a lo mismo y, además, a abrirse a otros estilos de vida y respetar otras culturas. También tienen un lugar importante en la educación.

4.4.- De acuerdo, como no podría ser de otra manera, en la enorme importancia de las Humanidades (Literatura, Filosofía, Historia, Lenguas y Culturas Clásicas) para la formación de mentes abiertas, con espíritu crítico, conocedoras y amantes de nuestras raíces culturales, capaces de poner en perspectiva los avances en otras áreas y los hechos que acontecen en nuestra sociedad. También para ellas hace falta un lugar destacado en la educación.

5.5.- De acuerdo - ¡cómo no! – en la enorme importancia de las Ciencias de la Naturaleza para que un cerebro en proceso de maduración comprenda, no sólo el mundo en que vive, sino cómo funciona esa apasionante aventura humana que es la Ciencia, lo que se le puede pedir (que es mucho)si se le alimenta lo suficiente, y también lo que no. Mi formación como biólogo me llevaría a desarrollar mucho más este punto, pero me voy a contener.

Podría seguir con otros ámbitos de la experiencia y el conocimiento humanos (Educación Física y Deportiva, Tecnología, varias Ciencias Sociales, etc.), pero alargaría excesivamente esta nota. Espero que mis compañeros profesores de todos ellos sepan disculparme: sus áreas de conocimiento son igualmente importantes para la educación de las personas .

Lo que sí me gustaría resaltar son estas dos ideas:

A.- Todos los argumentos anteriores sobre la contribución a la educación de las distintas áreas del conocimiento y experiencia humanos están desarrollados desde hace decenios en los documentos oficiales de nuestra legislación educativa. Estos documentos son prescriptivos (no meramente orientativos) para todo el profesorado español. Existen documentos similares, con las peculiaridades de cada sistema educativo, en todos los estados.

B.- A pesar de lo anterior, seguimos debatiendo la importancia de esto y aquello en la formación de las personas. ¿Causas? Seguro que todo el mundo puede apuntar varias. Por mi parte, ahora sólo diré que algunas son imputables al propio sistema educativo escolar (en mi opinión, mal resuelto), otras a la desidia y falta de financiación de nuestras administraciones, y otras a lo que entiendo es una enorme hipocresía social sobre la educación. Este último grupo de causas es quizá el menos estudiado, así que hablaré más extensamente de él en otro momento.

Espero respuestas a estos últimos interrogantes. Leeré con atención todas, incluso las más simplonas.

Rubén Nieto.

lunes, 24 de marzo de 2025

SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO ANTRÓPICO: UNA VALORACIÓN DEL LIBRO "AÚN NO ES TARDE" DE ANDREU ESCRIVÀ.

 

Hace pocos días  he leído este libro, que, aunque no es muy reciente, me parece un buen ejemplo de divulgación científica de calidad aplicada al calentamiento global. El análisis de sus aspectos positivos y negativos me da pie a exponer al tiempo algunas de mis ideas (nada originales, por cierto) sobre cómo actuar frente a este complejo y acuciante asunto.

He dividido mi escrito en tres partes, que publicaré por separado:

1. Un sumario, en el que sintetizaré mi valoraciones positivas y negativas, y avanzaré mi opinión global sobre el libro y el tema del que trata: el cambio climático.

2.Una relación comentada de aspectos positivos del libro.

3. Lo mismo, pero para los aspectos negativos. Terminaré con una breve conclusión.

 

1. Sumario.

El libro de A. Escrivà ha suscitado en mi opiniones y sentimientos positivos y negativos a la vez. En síntesis, creo que su lectura es recomendable, pero seguramente en función de las características del público lector.

Algunos aspectos de su contenido me parecen muy acertados, seguramente (y perdónenme si esto parece pueril o inmodesto) porque coincide con algunas de mis ideas o – en algún caso -de mis más oscuras intuiciones. Por ejemplo, el reconocimiento de que hablar de cambio climático es hablar de casi todo (incluso me parece que se queda corto), o que la idea de cambio en el mundo natural es difícil de asimilar por muchas personas, algo que ya se sabe en la didáctica de las ciencias desde hace  tiempo. También encuentro positivo su distanciamiento de los dos polos entre los que nos movemos al comunicar sobre cambio climático y sus consecuencias: la autocomplacencia happyflower del “muchas pequeñas acciones por muchas personas …” y el catastrofismo aguafiestas del cenizo a quien nadie hace caso.  De todas maneras, esto habrá que matizarlo bastante en otro escrito.

Refiriéndome a detalles más concretos, también me parece positiva su presentación del concepto de forzamiento radiativo, crucial para comprender el origen antrópico del calentamiento actual, o su explicación – aunque creo que insuficiente – de lo que es el IPCC. Por último, encuentro muy interesante el que se haga eco de la relación que muchas personas establecen entre el mal llamado “agujero” de ozono y el efecto invernadero, algo que conoce cualquier docente que haya trabajado este tema en los diversos niveles educativos. Merece la pena seguir la pista a los trabajos de A. Meiras a los que el autor hace referencia.

En cuanto a los aspectos negativos, destacaré solamente uno: sin decirlo explícitamente, el libro deja traslucir una cierta desconfianza en la capacidad de las personas para actuar colectivamente con objeto de frenar o mitigar el actual calentamiento global. Más concretamente, detecto esta desconfianza en el campo de la educación, junto a un aparente desconocimiento de lo que se ha hecho y se hace en este ámbito.

Volviendo al tema de la asociación entre agujero de ozono y cambio climático, y lo que esto revela sobre las ideas de mucha gente acerca de cuestiones ambientales, estoy convencido de que, por su importancia educativa y divulgativa, merece un artículo aparte. Los hay muy interesantes en las revistas de didáctica de las ciencias, y seguramente volveré a ello en otro escrito.

Rubén Nieto.

 

 

 

jueves, 26 de septiembre de 2024

RAZONES PARA MANIFESTARSE / ARGUMENTS TO TAKE PART IN SOME DEMONSTRATIONS.

 Esta entrada se aparta un poco de los temas habituales en este blog, pero ya sabéis que los medios habituales no suelen dar cobijo a estas ideas, así que usaremos algunos medios no habituales.

This post is far away from the common subjects typical in this blog, but, as you may know, the big media don't usually cover these topics. Therefore, we'll employ other media like this one.

Hace poco leí en algún medio digital un artículo acerca de conflictos sociales y ambientales que afectan al conjunto de la población. Esta lectura   me ha sugerido, por contigüidad de ideas, una reflexión sobre las razones que pueden llevarnos a acudir a manifestaciones. Muchas personas, especialmente jóvenes, argumentan la inutilidad de estas movilizaciones.  Al parecer, en una mayoría de casos, no logran sus objetivos. Esto me ha llevado a enumerar algunos motivos para asistir a manifestaciones o a otras movilizaciones relacionadas.. No agoto la lista  de argumentos; por el contrario, he omitido aquellos más utilizados y, por tanto, conocidos. Los que aquí presento podrían ser algo más originales, al menos en parte. Allá van:

1.  La asistencia a movilizaciones públicas permite contactar con personas y grupos que comparten parecidas ideas, opiniones, anhelos, fobias, etc., y que a veces ni siquiera se conocían.

2. Muy en relación con lo anterior, la participación en movilizaciones tiene una importante función afectiva. Frecuentemente, la presión unidireccional de los grandes medios – y de quienes se hacen eco de estos medios – es tan intensa que nos lleva a creernos casi los únicos “raritos” que sostienen una determinada visión de las cosas. Pues bien, en una concentración o manifestación uno puede descubrir que no está solo en sus opiniones y reclamos. No solo hay más gente como nosotros, sino que además la tenemos a nuestro lado. Puede que seamos minoritarios, pero, al menos, “somos”, y esto es reconfortante.

3. A veces se consigue una parte de nuestras demandas, especialmente cuando consideramos las movilizaciones en el marco de estrategias más amplias y duraderas. Seamos imaginativos: una medida para alcanzar determinado objetivo puede ser salir a la calle tras una pancarta (aunque no siempre es la más adecuada), pero hay otras muchas acciones posibles, desde el bloqueo del departamento de atención al cliente de una gran empresa con miles de reclamaciones, hasta un serie de charlas y coloquios que creen en cierta universidad un ambiente favorable a nuestras demandas, pasando por un divertido pasacalles navideño-reivindicativo en el centro comercial de una ciudad.

4. Luego está, por supuesto, la dignidad. Si no me equivoco, fue Luther King quien dijo que cuando nuestros descendientes juzguen los tiempos actuales, no les extrañará el ruido de los malvados, sino el silencio de las buenas gentes. Ante esto, conviene que nuestros tataranietos no tengan que preguntarse dónde estuvieron metidos el abuelito y la abuelita cuando sucedió tal o tal otro dramático acontecimiento.

En resumen, tras todo lo anteriormente expuesto subyace lo que parece una de las claves de este asunto. Dicho sin rodeos: sentido de lo colectivo versus individualismo. Puede que el mayor triunfo de las élites económicas, políticas y mediáticas sea habernos convencido de que es mejor que nos dediquemos a nuestros problemas individuales, y dejemos de lado lo de todos (lo público, lo “político”, en el mejor sentido de la expresión). A lo sumo, podremos relacionarnos uno a uno con nuestros superiores, pero nunca horizontalmente con nuestros iguales.

En consecuencia, cuando una persona decide participar en algún tipo de movilización social, como una manifestación, puede equivocarse, obviamente. Sin embargo, hay un aspecto de su decisión en el que seguramente acierta. Ha elegido la vía colectiva para la defensa de algún derecho, en sentido amplio: salud, educación, asistencia social, medio ambiente, derechos relativos a las mujeres, inmigrantes, etc.(la lista es enorme). Esta asunción de lo colectivo, esta pertenencia al hilo rojo de quienes trabajan por mejorar nuestro mundo, es lo que las élites gobernantes no os van a perdonar, lo que les pone de los nervios. Sin embargo, a algunas personas nos parece un hermoso propósito para nuestras vidas.

Rubén  Nieto.

sábado, 6 de julio de 2024

EL ALCOHOL EN NUESTRO CUERPO - 3 / ETHANOL INSIDE OUR BODY - 3

 




Este es el tercero y último de una serie de tres artículos que tratan de presentar, en términos sencillos y divulgativos, algunos de los efectos del alcohol etílico en nuestro cuerpo. En principio, su público "blanco" debería estar formado por estudiantes de 4ºESO,1º y 2ºBachillerato, junto con su profesorado. No obstante, pienso que puede ser de interés para muchas otras personas. Creo que puede ser considerado como un texto divulgativo de nivel medio-bajo. Cualquier comentario, crítica, observación, matización, etc. será bienvenido.

This is the third of a three-articles series aimed to show some effects of ethanol in our body. Its target public should be made up of 15–17-year-old students and their teachers. Furthermore, it could be also interesting for much more people. Any comment, criticism or opinion will be welcome.


En el artículo anterior vimos algunos acontecimientos provocados en nuestro organismo cuando ingerimos una importante cantidad de etanol o alcohol etílico, presente en muchas bebidas: caída de la glucemia, desabastecimiento de glucosa en varios órganos, pérdida de la capacidad de regulación e la temperatura corporal al tiempo que nuestro cuerpo se enfría, etc.

Cuando esta situación se hace muy intensa o prolongada, las neuronas del hipotálamo y otras regiones encefálicas comienzan a morir. Más y más redes neuronales se “apagan” progresivamente. La corteza cerebral se desconecta parcialmente, la motora y el cerebelo también (nuestros movimientos se descoordinan) y, como el hipotálamo controla muchas conductas automáticas del cuerpo (apetito, sed, sensaciones de frío o calor, etc.) estas se ven afectadas. Podemos alcanzar el temido coma etílico.

Si el hígado es relativamente pequeño - cosa que ocurre en niños y adolescentes - o está ya afectado y medio inutilizado por un alcoholismo crónico, las consecuencias pueden ser especialmente graves, llegando incluso a la muerte.

Pero prosigamos con los daños inducidos por el etanol, que no son solamente cerebrales.

Para metabolizar el etanol, las células que forman nuestro hígado emplean una molécula conocida como NAD+. Esta, como consecuencia de su acción sobre el etanol, se transforma en NADH (en términos químicos, diríamos que se “reduce”), que, a su vez, permite obtener una importante cantidad de energía. Parecería que el resultado es positivo para nuestro cuerpo, pero no es así. Se puede obtener esa y más energía de maneras mucho más inofensivas. En cambio, los efectos colaterales del proceso descrito son muy nocivos para el organismo. Veamos algunos de ellos.

  1. Para que el NADH formado al metabolizar el alcohol produzca energía, es necesario que nuestras células hepáticas empleen grandes cantidades de oxígeno. Al usar éste, es inevitable que se formen las llamadas “especies reactivas de oxígeno” (ROS, por sus siglas en inglés), que son muy tóxicas, aceleran el envejecimiento celular y pueden generar tumores hepáticos.. Es muy conocido el hecho de que el alcoholismo crónico aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer de hígado: aquí tenéis una de las causas.

  2. La transformación del etanol en ácido acético se hace a través de varios productos intermedios que son también el punto de partida para la síntesis de lípidos o grasas en nuestro hígado. Esta es la razón de que el alcoholismo favorezca la acumulación de grasas, con todos los problemas cardiocirculatorios que esto implica.

  3. Cuando la cantidad de alcohol etílico a metabolizar es elevada, el NADH formado alcanza tal concentración que satura los sistemas celulares que, a partir de él, producen energía. Esto, a través de varios pasos intermedios, lleva a que el alcohol se mantenga más tiempo circulando en la sangre (su efecto se prolonga) y a la formación de un importante volumen de agua que, al ser expulsada por la orina, arrastra sodio y produce cierta deshidratación, típica de la sensación de resaca.


He tratado de presentar algunas consecuencias nocivas de la ingesta de alcohol etílico, presente en tantas bebidas. Cuando esta ingesta es muy intensa o, sobre todo, se repite con regularidad, sus efectos se van acumulando y se hacen más destructivos. De ahí que el alcoholismo esté, desde hace tiempo, conceptualizado como una intoxicación que puede llegar a ser muy severa. Por supuesto, en estas líneas quedan muchas cuestiones importantes sin tratar. Me parece, sin embargo, que en ellas hay suficiente información como para que seamos conscientes de la gravedad del alcoholismo y, en consecuencia, nos mantengamos alejados de posibles intoxicaciones etílicas.

Rubén Nieto

jueves, 2 de mayo de 2024

EL ALCOHOL EN NUESTRO CUERPO - 2 /ETHANOL INSIDE OUR BODY - 2

 

Este es el segundo de una serie de tres artículos que tratan de presentar, en términos sencillos y divulgativos, algunos de los efectos del alcohol etílico en nuestro cuerpo. En principio, su público "blanco" debería estar formado por estudiantes de 4ºESO,1º y 2ºBachillerato, junto con su profesorado. No obstante, pienso que puede ser de interés para muchas otras personas. Creo que puede ser considerado como un texto divulgativo de nivel medio-bajo. Cualquier comentario, crítica, observación, matización, etc. será bienvenido.

This is the second of a three-articles series aimed to show some effects of ethanol in our body. Its target public should be made up of 15–17-year-old students and their teachers. Furthermore, it could be also interesting for much more people. Any comment, criticism or opinion will be welcome.

 

En nuestro primer artículo sobre este tema, veíamos cómo nuestro hígado transforma el etanol de las bebidas alcohólicas en acetaldehído, y éste – mucho más tóxico – en acetato, la forma disuelta en agua del ácido acético.

En las mismas células que forman el hígado, el acetato es oxidado hasta producir CO2 (dióxido de Carbono) y agua, más una importante cantidad de energía. El metabolismo del alcohol etílico consume también una cierta cantidad de una molécula llamada NAD+, esencial para la descomposición allí mismo de la glucosa,  el azúcar más común de nuestra dieta.

Este mecanismo funciona con eficacia para procesar las cantidades de etanol contenidas en nuestra alimentación habitual. Al fin y al cabo, es el resultado de millones de años de evolución química y biológica. Sin embargo, lo que esta evolución no pudo prever es que cierta especie de primate desarrollara una especial querencia por bebidas más o menos ricas en etanol y, en consecuencia, intensificara su ingesta. ¿Qué sucede en esta situación?

En primer lugar, cuando llega al hígado una elevada cantidad de alcohol se reduce enormemente la concentración de NAD+ en sus células. La consecuencia inmediata de esto es que la descomposición y síntesis de glucosa se detienen. Esto significa que el hígado pierde su capacidad para mantener una concentración constante de glucosa en sangre, la famosa glucemia. Es como si perdiera el control sobre los dos pedales reguladores de la misma: el acelerador (síntesis) y el freno (descomposición). Como cierto órganos consumen constantemente glucosa, que adquieren de la sangre, la concentración de esta molécula disminuye progresivamente sin que el hígado pueda hacer nada por evitarlo. Llega un momento en que nuestro cerebro no recibe suficiente glucosa para su funcionamiento, lo que desencadena una serie de problemas que pueden llevar al desastre.

Una de las primeras regiones encefálicas en “desconectarse” es el hipotálamo, responsable de regular la temperatura corporal. El resultado es que ésta disminuye ligeramente, si es que podemos calificar de “ligero” un descenso de hasta 2ºC, que afecta seriamente a nuestra homeostasis corporal.

Sin embargo, uno de los efectos aparentes de las bebidas alcohólicas es una sensaciónde calor, junto con el enrojecimiento de las partes salientes del cuerpo: orejas, nariz, etc. Este fenómeno es causado por la vasodilatación periférica (los vasos sanguíneos bajo la piel se ensanchan) por efecto del acetaldehído, producto, a su vez, de la descomposición del alcohol. Así pues, nuestro cuerpo puede enfriarse – incluso peligrosamente – al tiempo que sentimos calor. No hay contradicción.

Rubén  Nieto.

miércoles, 27 de marzo de 2024

SOBRE LA DIVULGACIÓN CIENTÍFICA: UNA CARENCIA Y MEDIA PROPUESTA

La divulgación científica, entendida como el acercamiento de las ciencias, en sus principios y métodos, a la ciudadanía, es un asunto que me preocupa profundamente. En este escrito expondré una tesis acerca de los sujetos de dicha actividad, y la argumentaré brevemente. Finalmente, insertaré mi tesis en una propuesta provisional e inacabada de divulgación. 

 La divulgación científica es ejercida fundamentalmente por dos colectivos profesionales: el investigador y el comunicador. Parece lógico que así sea. Las personas dedicadas a la investigación científica conocen de primera mano alguna de las ciencias; al fin y al cabo, se dedican profesionalmente a ellas. Son las “expertas”. Por otro lado, periodistas y profesionales de la comunicación están capacitados profesionalmente para exponer lo principal de las ciencias (métodos, conocimientos asentados, descubrimientos, etc.) en un lenguaje atractivo y asequible para una ciudadanía que no tiene por qué tener una sólida formación científica. Simplificando en exceso, podríamos decir que los investigadores saben el qué pero no el cómo, mientras que los comunicadores saben el cómo pero no el qué. 

 Antes de continuar me permitiré citar los casos excepcionales que podemos encontrar en este campo. Naturalmente, existen personas que reúnen en si mismas ambas habilidades. Todos conocemos científicos dotados de unas excelentes habilidades comunicativas, así como periodistas que saben divulgar con rigor. Son, en mi opinión, honrosísimas excepciones. El problema es, sin embargo, que una actividad tan importante como integrar la ciencia en la toma de decisiones por la ciudadanía, no puede ni debe basarse en las excepciones, por numerosas y excelentes que sean. En mi opinión, hace falta algo más. 

Esta es mi tesis. Una divulgación científica completa requeriría, además de los protagonistas citados anteriormente, la presencia de un tercer colectivo: el profesorado de ciencias en Secundaria y Bachillerato. Simplificando otra vez excesivamente, podríamos decir que las personas de este colectivo saben algo del qué (en su formación inicial hay un grado, licenciatura o doctorado en alguna disciplina científica) y, a causa de su profesión, algo del cómo. Podrían ser, pues, los generalistas de la ciencia y de la comunicación, que facilitarían el entendimiento entre todos los colectivos implicados. A continuación presento sucintamente algunos de los rasgos del profesorado que, a mi parecer, permiten que desempeñe un importante papel en la divulgación.

 1. Tiene, como ya he indicado, una formación científica de base, consistente en una licenciatura o grado en una disciplina científica, seguida con frecuencia por estudios de máster, doctorado, trabajos de investigación, etc. Ciertamente, esta formación no le proporciona la misma competencia que la de un investigador puntero en cualquier ciencia. Sin embargo, le otorga una capacidad generalista que le permite comprender los fundamentos de distintas disciplinas más o menos próximas, así como actuar de puente entre profesionales con distinta formación. 

 2. Conoce los obstáculos lógicos, psicológicos y epistemológicos que pueden surgir cuando se trata de difundir un determinado concepto científico. La didáctica de las ciencias encuentra aquí uno de sus temas principales. La investigación en didáctica ha llevado a cabo multitud de estudios sobre la enseñanza de distintos conceptos científicos. Estos estudios se publican en revistas especializadas (por cierto, ¿cuántos divulgadores conocen revistas como Alambique, Enseñanza de las Ciencias, etc.?) y se someten a la crítica de la comunidad investigadora en congresos nacionales e internacionales. 

Pondré solo un ejemplo de lo anterior. La enseñanza de la evolución por selección natural encuentra frecuentemente un obstáculo “lamarckiano” que ha sido bien estudiado. Investigaciones realizadas con cientos de estudiantes, de distintas edades y en muy diferentes países, muestran que un porcentaje elevado de quienes entran en contacto con el concepto de selección natural, no lo asumen o lo hacen de manera muy superficial, exhibiendo, a la menor oportunidad, concepciones lamarckianas (herencia de caracteres adquiridos) de la evolución. Esto sucede incluso en estudiantes de segundo curso del Grado de Biología en universidades españolas. Se conocen relativamente bien las causas de estas concepciones sobre la evolución, y no es casualidad que el lamarckismo, además de surgir antes que el darwinismo, le disputara durante muchos años la primacía de las ideas sobre el mecanismo de la evolución. Esto es algo que, si se quiere difundir cómo explica la Ciencia el hecho evolutivo, debe ser conocido por todo profesor y divulgador.

 3. En relación con lo anterior, saben exponer Ciencia (principios, métodos, aplicaciones, etc.) de manera clara y comprensible. Es su trabajo. Para enseñar algún aspecto de la ciencia con un cierto éxito, es necesario combinar diversos conocimientos y habilidades. Hay que conocer, además del contenido a enseñar, las ideas y conocimientos previos del receptor, algunos rasgos de su mentalidad, las dificultades intrínsecas que subyacen al contenido a enseñar, el contexto cultural que rodea el acto de enseñar, etc. Por supuesto, ningún profesor individual conoce a fondo todo lo anterior – como tampoco lo conoce ningún científico ni comunicador individual – pero el colectivo docente en su conjunto sí que detenta estos saberes. Al respecto, pueden seguirse las polémicas en torno a la organización y contenidos del MAES, o Máster en Educación Secundaria. 

 4. Están en contacto, en cierto modo, con la sociedad para la que trabajan. Al fin y al cabo, parte de su quehacer consiste en seleccionar, dentro de las correspondientes programaciones oficiales, contenidos científicos de relevancia social. Uno de los objetivos de la educación científica es formar a una ciudadanía que sepa apoyar sus decisiones en un pensamiento científico y crítico. Cambio climático, deforestación, contaminación, epidemias y zoonosis, vacunas, nuevas tecnologías, etc., son cuestiones en las que la Ciencia tiene algo importante que decir, y que resultarán familiares a todo divulgador. El profesorado de disciplinas científicas tiene la misión de introducir estos temas en la formación de quienes, más pronto que tarde, tendrán que tomar decisiones sobre todos los asuntos antes citados.

 Supongo que a la tesis que acabo de exponer se le pueden hacer muchas objeciones. Voy a esbozar dos de ellas, con sus posibles contraargumentos. La primera consistiría en exponer las múltiples carencias que, por su formación, tiene el profesorado. Sin duda, las hay, tanto científicas como comunicativas. Sin embargo, dejando a un lado el hecho de que esto también se puede decir de investigadores y periodistas (con carencias distintas, por supuesto), hay que hacer notar que del colectivo docente de ciencias, por su amplitud y variedad de formación e intereses, pueden salir a la luz muchos excelentes profesionales bien preparados para divulgar Ciencia más allá de las aulas.

 En cuanto a la segunda objeción, consistiría en poner de manifiesto las indudables diferencias entre la enseñanza formal y la divulgación. En las líneas anteriores he puesto énfasis en las también indudables semejanzas, pero, además, me parece que esta objeción puede esconder una idea preocupante sobre lo que significa “enseñar Ciencia”. Me refiero a esa concepción de las ciencias – y su enseñanza formal – como algo árido y difícil, impartido por adustos profesores que te hacen memorizar listas de huesos del esqueleto o extraños nombres de minerales. Hace mucho tiempo que la enseñanza de las ciencias ha dejado de ser así, al menos entre algunos sectores del profesorado. No hay más que echar un vistazo a las revistas antes citadas, pasearse por algunos departamentos de didáctica de las ciencias o por no pocas aulas y laboratorios de ESO y Bachillerato para corroborar esta opinión. 

 Una vez expuestos los motivos que hacen necesario, en mi opinión, contar con el profesorado de ciencias para la tarea divulgativa, apuntaré algo que considero importante para lograr una divulgación de calidad. Llamémoslo “cooperación”, “equipos divulgativos”, o cualquier expresión similar. Se trata de hacer que investigadores, periodistas, profesores y otros profesionales trabajen juntos para producir materiales divulgativos de calidad, dirigidos a distintos públicos (la sociedad no es homogénea) y con distintas características. Para ello hacen falta muy variadas habilidades, más allá de los conocimientos científicos y la capacidad comunicadora, que solo pueden ser reunidas por un grupo de personas con distinta formación. La divulgación científica es una tarea fronteriza, interdisciplinar, y requiere de muchos talentos. En una época en la que el irracionalismo y las pseudociencias parecen ganar terreno en nuestras sociedades, es de la máxima importancia trasladar a la mayoría de las personas un conjunto de conocimientos sencillos pero inequívocos acerca de la naturaleza de la Ciencia y su importancia en todos los ámbitos de la vida.
Rubén Nieto.

jueves, 14 de marzo de 2024

EL ALCOHOL EN NUESTRO CUERPO - 1 / ETHANOL INSIDE OUR BODY - 1

 Este es el primero de dos artículos que tratan de presentar, en téminos sencillos y divulgativos, algunos de los efectos del alcohol etílico en nuestro cuerpo. En principio, su público "blanco" debería estar formado por estudiantes de 4ºESO,1º y 2ºBachillerato, junto con su profesorado. No obstante, pienso que puede ser de interés para muchas otras personas. Creo que puede ser considerado como un texto divulgativo de nivel medio-bajo. Cualquier comentario, crítica, observación, matización, etc. será bienvenido.

This is the first of a two-articles series aimed to show some effects of ethanol in our body. Its target public should be made up of 15-17 year-old students and their teachers. Furthermore, it could be also interesting for much more people. Any comment, criticism or opinion will be welcome.

Químicamente, el etanol o alcohol etílico es un compuesto orgánico relativamente sencillo (H3C-CH2OH) muy extendido en la naturaleza, ya sea como tal o como producto de distintas fermentaciones que tienen lugar en multitud de bacterias, hongos y nuestras propias células.

Un compuesto tan ubicuo debe haber propiciado, a lo largo de 3800 millones de años de evolución, la aparición de alguna enzima[1] que catalice su descomposición. Así ha sucedido, y la enzima más extendida entre todos los seres vivos es la Alcohol deshidrogenasa (ADH), con múltiples variantes propias de los distintos tejidos, órganos y organismos. Para centrar un poco este escrito, me referiré (salvo advertencia en contra) a los millones de células que forman nuestro hígado, aunque lo que veamos será casi completamente aplicable al de un jilguero o un Tyrannosurus rex.

La ADH cataliza (acelera enormemente) la transformación de etanol en acetaldehído. Esta reacción puede liberar bastante energía, algo que siempre es interesante para nuestro organismo. El problema, sin embargo, es que el acetaldehído es mucho más tóxico que el etanol, de ahí que se tenga que eliminar rápidamente. Esto sucede, en nuestro cuerpo, en las mitocondrias, unos corpúsculos intracelulares que actúan como verdaderas “cocinas”, en las que transcurren muchas de las reacciones químicas de nuestro metabolismo. En cuanto a los órganos de nuestro cuerpo en cuyas células sucede esto con más frecuencia, son los músculos y, sobre todo, el hígado.

Oxidado en nuestras mitocondrias, el acetaldehído deviene acetato, que, a su vez, es oxidado al máximo allí mismo (en el ciclo de Krebs, para lectoras más entendidas), produciendo dióxido de Carbono (CO2), agua y – otra vez – una considerable cantidad de energía. Pero si fueras una bacteria, el exceso de acetato así producido lo expulsarías a tu entorno líquido, y, si este entorno fuera una bebida alcohólica, la transformarías de esta manera en vinagre.


Todo lo anterior, excepto la fermentación productora de vinagre, sucede en cualquier célula humana, especialmente de hígado, mientras la concentración de etanol que entra en la célula procedente de la sangre no sea muy elevada. Sin embargo, cuando ingerimos grandes cantidades de alcohol, la cosa cambia.  (CONTINUARÁ)



[1] Ya sabéis, una maquinita molecular que acelera millones de veces una reacción química. Para cada reacción existe una enzima específica.




 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons