jueves, 14 de marzo de 2024

EL ALCOHOL EN NUESTRO CUERPO - 1 / ETHANOL INSIDE OUR BODY - 1

 Este es el primero de dos artículos que tratan de presentar, en téminos sencillos y divulgativos, algunos de los efectos del alcohol etílico en nuestro cuerpo. En principio, su público "blanco" debería estar formado por estudiantes de 4ºESO,1º y 2ºBachillerato, junto con su profesorado. No obstante, pienso que puede ser de interés para muchas otras personas. Creo que puede ser considerado como un texto divulgativo de nivel medio-bajo. Cualquier comentario, crítica, observación, matización, etc. será bienvenido.

This is the first of a two-articles series aimed to show some effects of ethanol in our body. Its target public should be made up of 15-17 year-old students and their teachers. Furthermore, it could be also interesting for much more people. Any comment, criticism or opinion will be welcome.

Químicamente, el etanol o alcohol etílico es un compuesto orgánico relativamente sencillo (H3C-CH2OH) muy extendido en la naturaleza, ya sea como tal o como producto de distintas fermentaciones que tienen lugar en multitud de bacterias, hongos y nuestras propias células.

Un compuesto tan ubicuo debe haber propiciado, a lo largo de 3800 millones de años de evolución, la aparición de alguna enzima[1] que catalice su descomposición. Así ha sucedido, y la enzima más extendida entre todos los seres vivos es la Alcohol deshidrogenasa (ADH), con múltiples variantes propias de los distintos tejidos, órganos y organismos. Para centrar un poco este escrito, me referiré (salvo advertencia en contra) a los millones de células que forman nuestro hígado, aunque lo que veamos será casi completamente aplicable al de un jilguero o un Tyrannosurus rex.

La ADH cataliza (acelera enormemente) la transformación de etanol en acetaldehído. Esta reacción puede liberar bastante energía, algo que siempre es interesante para nuestro organismo. El problema, sin embargo, es que el acetaldehído es mucho más tóxico que el etanol, de ahí que se tenga que eliminar rápidamente. Esto sucede, en nuestro cuerpo, en las mitocondrias, unos corpúsculos intracelulares que actúan como verdaderas “cocinas”, en las que transcurren muchas de las reacciones químicas de nuestro metabolismo. En cuanto a los órganos de nuestro cuerpo en cuyas células sucede esto con más frecuencia, son los músculos y, sobre todo, el hígado.

Oxidado en nuestras mitocondrias, el acetaldehído deviene acetato, que, a su vez, es oxidado al máximo allí mismo (en el ciclo de Krebs, para lectoras más entendidas), produciendo dióxido de Carbono (CO2), agua y – otra vez – una considerable cantidad de energía. Pero si fueras una bacteria, el exceso de acetato así producido lo expulsarías a tu entorno líquido, y, si este entorno fuera una bebida alcohólica, la transformarías de esta manera en vinagre.


Todo lo anterior, excepto la fermentación productora de vinagre, sucede en cualquier célula humana, especialmente de hígado, mientras la concentración de etanol que entra en la célula procedente de la sangre no sea muy elevada. Sin embargo, cuando ingerimos grandes cantidades de alcohol, la cosa cambia.  (CONTINUARÁ)



[1] Ya sabéis, una maquinita molecular que acelera millones de veces una reacción química. Para cada reacción existe una enzima específica.




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