domingo, 18 de enero de 2009

A VUELTAS CON LAS INCINERADORAS




Publicamos una segunda entrada sobre el mismo tema (las incineradoras), pero desde un punto de vista muy diferente, complementario del de la anterior.Mientras que en el artículo escrito por Irene Villalobos se adopta una perspectiva crítica con respecto mal tratamiento que se hace actualmente de los residuos, en este artículo, elaborado por MªÁngeles Valentín, se adopta un enfoque más técnico y descriptivo, sin evitar tampoco la polémica.


Confiamos en que la lectura atenta de ambas entradas os ayudará a haceros una idea más ajustada de la problemática asociada a la incineración de residuos y, en general, a los mecanismos actuales de gestión de los mismos.




Las incineradoras son plantas industriales a las que los camiones de la basura transportan los residuos. Disponen de un foso de recepción en el que se depositan los desperdicios para que una grúa los traslade a una caldera de combustión, donde se queman a altas temperaturas. En la parte baja de esta caldera se recogen las cenizas residuales y desde ella los vapores y gases generados pasan a una caldera secundaria en la que se les somete a un proceso de limpieza, añadiéndoles cal y carbón activo (que absorben las sustancias tóxicas como dioxinas y furanos, metales pesados, etc). Finalmente, estos gases y vapores pasan a través de un filtro que retiene las partículas y sustancias, y se emiten por chimenea. En las plantas más modernas el vapor caliente se aprovecha y se recalienta para alimentar una turbina que genera energía eléctrica, que se suministraría a la red general. Así pues, mediante las incineradoras se reduce la cantidad de basura y se produce energía.
La incineración de basuras es una discutida opción para solucionar el problema de la acumulación de residuos, es decir,qué hacer con la ingente cantidad de basura que generamos -1 kilogramo al día por persona en países desarrollados.
Las famosas 3R (reciclar, reutilizar y recuperar) ayudan a paliar la multiplicación de residuos; sin embargo, no solucionan el problema, porque distan mucho de ser una práctica habitual (en España, el 70% de los residuos va al vertedero, sólo el 11% se recicla; en países como Holanda se recicla el 30%). Aunque criticada por organizaciones ecologistas como Greenpeace debido a las dioxinas que se liberan, la opción de incinerar basuras para producir energía es una salida contemplada por algunos para destruir residuos sólidos urbanos. Sus defensores remarcan que la comunidad científica no se ha manifestado rotundamente sobre la toxicidad vital de las dioxinas.




Sustitución de vertederos
Las incineradoras queman la basura a temperaturas elevadas, reduciendo así el volumen que ocupan
Quienes defienden el uso de incineradoras anteponen la necesidad de concienciar a la sociedad en el hábito del reciclaje, pero contemplan las plantas de tratamiento y combustión controlada como la sustitución inmediata de los vertederos. Reconocen que está en entredicho su peligrosidad, aunque afirman que no se aportan pruebas concluyentes La clave está, por tanto, en quemar la basura a temperaturas elevadas y cumpliendo la legislación, con controles previos y posteriores. Hay que recordar que en los vertederos actuales la basura se quema por si misma -fermentada con recalentamiento de la materia orgánica y desprendimiento de metano inflamable-. Y, según los defensores de las plantas incineradoras, esa combustión natural es más contraproducente que la controlada, debido a que se produce a una temperatura baja.
En suma, los defensores de las incineradoras proponen dos vías complementarias y urgentes para paliar el problema de los residuos sólidos urbanos: reducir la cuantía de residuos o al menos frenar su imparable incremento y, mientras se logra ese objetivo, sustituir urgentemente vertederos por plantas de tratamiento integral de las basuras, incluida la combustión del sobrante final.




Contaminación de aire, agua y suelo
En el proceso de combustión de las incineradoras surgen productos tóxicos que contaminan aire, agua y suelo
Las asociaciones ecologistas critican el despilfarro que a su entender supone la incineración de residuos: el ahorro de energía que el reciclaje de residuos permite es cuatro veces superior a la energía que se obtiene incinerándolos. Por cada tres toneladas de residuos incinerados se produce una tonelada de cenizas y escorias que se consideran residuos tóxicos y peligrosos, obligando a su almacenamiento en depósitos de seguridad. Esto, junto con el "efecto llamada" sobre la producción de más y más residuos que, según algunas voces críticas, se produciría, hace que la incineración de residuos no sea bien vista por todos los que opinan sobre la gestión de residuos.




Mª Ángeles Valentín


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece que el problema de las incineradoras es, si he entendido bien, que como todas las soluciones a corto plazo, van a servir para que "nos relajemos" en cuanto a las "3R". Con esto no quiero decir que no tengan una cierta utilidad para ayudarnos a deshacernos de los residuos con los que no podemos, pero el uso de ellas deberia hacerse a la vez que se siguen realizando campañas de concienciacion sobre el reciclaje, la reduccion y las muchas vidas que pueden tener los distintos materiales.
Y, en cuanto al dato del ridiculo porcentaje de residuos que se reciclan en España, esto lleva a plantearme lo siguiente: ¿qué pasa? Conozco mucha gente que recicla (entre ella, yo misma), ¿somos ese pequeño porcentaje de personas que separa en su casa la basura? ¿Los que tenemos la cocina a rebentar de bolsas (una para el plastico, otra para el papel...)?
No puedo creer que haya tan poca gente que recicle. ¿No será en parte que de lo que la gente separa y echa en los distintos contenedores, no todo es reciclado?
En fin, aunque seamos pocos no debemos rendirnos, "si da" que dejemos de colaborar con el medio ambiente.
Bueno, pues nada gente, ya sabemos, vamos a aportar nuestro granito de arena y si ya lo hacemos, no lo abandonemos. Nos vemos en clase!!! SALUDOS!

 
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