A pesar de que se creía que los sonidos y movimientos que emiten los orangutanes eran respuestas involuntarias ante estímulos como la sensación de peligro, la necesidad de alimento o para aparearse, ahora los científicos del GAT -un centro de investigación situado en Iowa, EE.UU, dedicado a proporcionar refugio y una vida respetable a los simios- tienen nuevos y reveladores datos sobre su habla y aprendizaje.
Esto es gracias a Bonnie, un orangután hembra que reside en el Parque Zoológico Nacional Smithsoniano en Washington. Esta orangutana sorprendió a los investigadores por su conducta, ya que es el primer caso que se conoce de un primate que reproduce sonidos de una especie diferente a la suya sin haber sido entrenado previamente.
El sonido emitido por Bonnie fue un silbido, algo raro ya que este tipo de sonidos son propios de la especie humana.
Está demostrada la habilidad de estas criaturas para imitar movimientos físicos de los humanos –sin ser entrenados por personas antes- y para producir sonidos atípicos de su especie una vez entrenados para ello. No obstante, el silbido producido por Bonnie, se produjo simplemente después de que escuchase silbar a uno de los cuidadores de los animales que trabajaba en el zoo.
El estudio ha sido hecho por Serge Wich, Karyl Swartz y Rob Shumaker del GAT, Madeleine E. Hardus y Adriano R. Lameira de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos, y Erin Stromberg del Parque Zoológico Nacional.
Así pues, los investigadores opinan que Bonnie silba por iniciativa propia, sólo porque le apetece hacerlo y no para recibir alguna clase de recompensa o incentivo. No parece que podamos calificar esta capacidad, ni de lejos, como algo parecido a un lenguaje. Lo extraordinario, sin embargo, está en la falta de motivación material para imitar este sonido humano. Este tipo de aprendizaje está vinculado a funciones cerebrales muy complejas, y eso nos lleva a preguntarnos dónde está el límite para el aprendizaje de los simios, nuestros parientes vivos más cercanos.
Esto es gracias a Bonnie, un orangután hembra que reside en el Parque Zoológico Nacional Smithsoniano en Washington. Esta orangutana sorprendió a los investigadores por su conducta, ya que es el primer caso que se conoce de un primate que reproduce sonidos de una especie diferente a la suya sin haber sido entrenado previamente.
El sonido emitido por Bonnie fue un silbido, algo raro ya que este tipo de sonidos son propios de la especie humana.
Está demostrada la habilidad de estas criaturas para imitar movimientos físicos de los humanos –sin ser entrenados por personas antes- y para producir sonidos atípicos de su especie una vez entrenados para ello. No obstante, el silbido producido por Bonnie, se produjo simplemente después de que escuchase silbar a uno de los cuidadores de los animales que trabajaba en el zoo.
El estudio ha sido hecho por Serge Wich, Karyl Swartz y Rob Shumaker del GAT, Madeleine E. Hardus y Adriano R. Lameira de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos, y Erin Stromberg del Parque Zoológico Nacional.
Así pues, los investigadores opinan que Bonnie silba por iniciativa propia, sólo porque le apetece hacerlo y no para recibir alguna clase de recompensa o incentivo. No parece que podamos calificar esta capacidad, ni de lejos, como algo parecido a un lenguaje. Lo extraordinario, sin embargo, está en la falta de motivación material para imitar este sonido humano. Este tipo de aprendizaje está vinculado a funciones cerebrales muy complejas, y eso nos lleva a preguntarnos dónde está el límite para el aprendizaje de los simios, nuestros parientes vivos más cercanos.
Isabel Pérez.
Patricia Ridao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario