Estudios realizados en ciudades como Nueva York, Boston y México DF muestran que el aire contaminado puede provocar daños en el desarrollo del cerebro durante el embarazo y la niñez. Parece ser que los pequeños que crecen en zonas con aires muy contaminados pueden sufrir alteraciones cerebrales que se traducirían en retrasos en funciones cognitivas como el aprendizaje o la memoria.
Sin embargo todavía falta saber con más certeza los niveles de influencia de los contaminantes, y sobre qué organismos afectan. Esto forma parte del proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente) que desde 2004 intenta dilucidar cómo afecta el entorno al crecimiento de los niños.
Los investigadores recogieron datos después de la semana 12 de la gestación, que es cuando se detectaron los problemas en los niños de dicho proyecto, les hicieron análisis y pruebas al cumplir un año, y ahora, que tienen 4 años.
Como resultado de esas pruebas observaron que las partículas atmosféricas, como son el óxido de nitrógeno, partículas en suspensión o compuestos volátiles, resultan ser el principal medio de transporte que utilizan los metales para penetrar en el interior de nuestros organismos.
De nuevo, los investigadores realizaron estudios del desarrollo cognitivo en 73 niños con una media d edad de 9 años, y comprobaron que en el cerebro del que habitaba en el entorno más contaminado existía neuroinflamación y daños vasculares. Además, aseguran que la inhalación de las partículas en suspensión, anteriormente nombradas, son capaces de provocar inflamación en nuestros pulmones, así como en el cerebro.
Se cree además que las partículas más pequeñas pasan directamente a las neuronas al ser respiradas, es decir, no necesitan pasar antes por los pulmones.
Como consecuencia de la neuroinflamación, es alterado el equilibrio en la producción de cierta proteína, la beta-amiloide, de la cual se cree que es la gran responsable en la cascada de eventos que se desencadena la enfermedad del Alzheimer.
Estos estudios se hacen en niños porque los cerebros de estos son los más vulnerables en cuanto a la influencia del medio ambiente sobre los mismos, ya que dicho órgano es el que más tarda en formarse, y dentro de él, es el córtex prefrontal el más tardío, asociado a las funciones cognitivas superiores: razonamiento, lenguaje, etc. La exposición a estos contaminantes puede llegar a interferir en las sinapsis entre neuronas, perturbando, en consecuencia, diversas funciones cerebrales.
Apreciamos en estos trabajos hasta qué punto nos puede afectar la contaminación atmosférica, y si le sumamos las contaminaciones de otros medios, nos podemos hacer una idea clara del peligro que corre nuestra salud, pero... nada, ¡a seguir contaminando!
A veces dudo de la inteligencia de la humanidad, pues no veo puesta en práctica de la misma, ¿no creéis?
Sin embargo todavía falta saber con más certeza los niveles de influencia de los contaminantes, y sobre qué organismos afectan. Esto forma parte del proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente) que desde 2004 intenta dilucidar cómo afecta el entorno al crecimiento de los niños.
Los investigadores recogieron datos después de la semana 12 de la gestación, que es cuando se detectaron los problemas en los niños de dicho proyecto, les hicieron análisis y pruebas al cumplir un año, y ahora, que tienen 4 años.
Como resultado de esas pruebas observaron que las partículas atmosféricas, como son el óxido de nitrógeno, partículas en suspensión o compuestos volátiles, resultan ser el principal medio de transporte que utilizan los metales para penetrar en el interior de nuestros organismos.
De nuevo, los investigadores realizaron estudios del desarrollo cognitivo en 73 niños con una media d edad de 9 años, y comprobaron que en el cerebro del que habitaba en el entorno más contaminado existía neuroinflamación y daños vasculares. Además, aseguran que la inhalación de las partículas en suspensión, anteriormente nombradas, son capaces de provocar inflamación en nuestros pulmones, así como en el cerebro.
Se cree además que las partículas más pequeñas pasan directamente a las neuronas al ser respiradas, es decir, no necesitan pasar antes por los pulmones.
Como consecuencia de la neuroinflamación, es alterado el equilibrio en la producción de cierta proteína, la beta-amiloide, de la cual se cree que es la gran responsable en la cascada de eventos que se desencadena la enfermedad del Alzheimer.
Estos estudios se hacen en niños porque los cerebros de estos son los más vulnerables en cuanto a la influencia del medio ambiente sobre los mismos, ya que dicho órgano es el que más tarda en formarse, y dentro de él, es el córtex prefrontal el más tardío, asociado a las funciones cognitivas superiores: razonamiento, lenguaje, etc. La exposición a estos contaminantes puede llegar a interferir en las sinapsis entre neuronas, perturbando, en consecuencia, diversas funciones cerebrales.
Apreciamos en estos trabajos hasta qué punto nos puede afectar la contaminación atmosférica, y si le sumamos las contaminaciones de otros medios, nos podemos hacer una idea clara del peligro que corre nuestra salud, pero... nada, ¡a seguir contaminando!
A veces dudo de la inteligencia de la humanidad, pues no veo puesta en práctica de la misma, ¿no creéis?
Miguel Ángel Hurtado
1 comentario:
"...óxido de nitrógeno (óxido nitroso?),partículas en suspensión o compuestos volátiles". Parece que la gama de agentes productores de estos efectos es demasiado grande para estar razonablemente seguros de cuál de ellos produce cada una de las alteraciones descritas. Sería bueno saber más sobre el proyecto INMA y sus resultados provisionales.
En cualquier caso,el cerebro es.con la excepción de los genitales, el órgano que más tarda en madurar. Además, madura en interacción con los estímulos que recibe de su entorno próximo. Por eso es tan importante estimular sensorialmente a los niños en sus primeros años de vida. No es de extrañar, pues, que sea especialmente sensible a todo tipo de agentes químicos capaces de alterar su crecimiento o su metabolismo.
"A veces dudo de la inteligencia de la humanidad..." Yo,por mi parte, a veces dudo de la integridad moral de algunos miembros de nuestra especie. Y los peores, de entre estos, son los que ocupan puestos con poder y responsabilidad....
Pero también conocemos personas que, por el contrario, muestran día a día un compromiso firme con todas las causas justas. Creo que es de justicia valorar más a estas personas y, en la medida de nuestras posibilidades, tratar de ser como ellos. Albert Camus decía que existen las plagas y las víctimas, y que lo más importante de una persona era saber de cuál de los dos lados se encuentra.
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