jueves, 1 de enero de 2009

LA ENORME BIODIVERSIDAD OCEÁNICA




Los océanos cubren el 71% de la superficie del planeta y las formas de vida que moran en ellos representan el 15% de la biodiversidad global descrita, añadiéndose cada año unas 1600 especies nuevas, y apareciendo nuevas amenazas para las ya existentes.
Se calcula que en los próximos 20 ó 30 años, el mundo podría perder más de un millón de especies de plantas y animales, debido principalmente a cambios causados por la especie humana. La pérdida de biodiversidad implica mucho más que la reducción en el número de especies. Las interacciones ecológicas entre las diversas especies y los factores abióticos que conforman los ecosistemas y sus ciclos, la variabilidad genética desarrollada a lo largo de los procesos de adaptación –todo ello asociado a la biodiversidad-, son rasgos definitorios de la biosfera, y de los cuales dependemos para la supervivencia.
El retraso en la investigación sobre la biodiversidad marina es enorme en comparación con la biodiversidad terrestre. Este retraso se hace también patente en el ámbito de la conservación pues los arrecifes de coral y las praderas submarinas sufren una tasa de pérdida cinco veces superior a la de los bosques tropicales y, a pesar de ello, el área marina protegida es inferior al 0.1% de su extensión total, frente al 10% de la superficie terrestre que se encuentra protegida.

Actualmente existen más de 30.000 especies amenazadas incluidas en el Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y diariamente desaparecen miles de especies de nuestro planeta. Sin embargo, esto puede parecer un problema menor, ya a que a pequeña escala las consecuencias de esta pérdida de biodiversidad parecen no afectarnos. La actividad humana está provocando la pérdida de hábitats y la fragmentación de territorios naturales que repercuten en la vida de miles de especies. La riqueza de especies y su alteración tienen repercusiones a escala global, tanto económicas y sociales como biológicas y ambientales. Por ejemplo, las explotaciones pesqueras han reducido la biomasa de las comunidades marinas en un 80% en tan sólo 15 años, repercutiendo así estos efectos negativos en cascada en las cadenas tróficas. La urbanización de nuestras playas destruye anualmente miles de especies vegetales y animales.
Es necesario realizar políticas integradas de protección del medio marino, así como aplicar técnicas más actualizadas para poder mitigar la alteración del clima y optimizar la adaptación de los ecosistemas a los inevitables efectos que el cambio climático está provocando.

Rocío Lao.

1 comentario:

..::MiiRy::.. dijo...

Muy interesante este apartado!, y ciertamente da mucha pena que el medio marino esté siendo afectado también perjudicialmente por el ser humano, la cantidad de interrogantes que nos depara, y tantas cosas que conocer de el que hasta puede que antes de conocerlo del todo una gran mayoría ya haya sido destruido por nosotros. ¿Se invertiría ese dinero para poder salvar parte de este ecosistema? yo estaría dispuesta a invertirlo! porque pienso que si no se hiciera...terminaríamos perdiendo algo mucho más importante que el dinero. Saludos!

 
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