El ser humano se
hace constantemente preguntas y de vez en cuando se pone en situaciones
extremas. Seguramente sabéis de qué hablo, ¿quién no se ha puesto alguna vez en
la piel de Robinson Crusoe? En el momento en que nos ponemos en esa situación,
lo primero que nos viene a la cabeza es... ¿cómo podría sobrevivir? Y
automáticamente después comenzamos a buscar formas de alimentarnos e
hidratarnos, y aquí es cuando aparece la gran pregunta ¿el agua de mar sería un
buen recurso para evitar la deshidratación?
Lo más normal es
que cuando hayáis intentado responder esta pregunta la respuesta haya sido no,
y su justificación haya sido que te da aún más sed, por lo que no serviría de
nada, pero... ¿por qué ocurre esto? Para dar una buena respuesta, se debería
empezar explicando la función de los riñones: filtrar la sangre, eliminando los
desechos y el exceso de agua para producir orina. Estos no están preparados
para producir una orina de más de un 2% de concentración y el agua de mar tiene
aproximadamente un 3% de sal, por lo que si la bebemos para calmar la sed, los
riñones tienen que retirar agua de nuestro cuerpo para diluir la sal extra y
esto nos hace sentir más sedientos.
Si bebemos un
litro, nuestros riñones necesitarán al menos un litro y medio de agua pura para
diluir toda la sal. Para conseguirlo, se verán obligados a retirar medio litro
extra de agua de nuestro cuerpo. En el caso de que bebiésemos 1 vaso de agua de
mar al día (unos 250 ml), estaríamos ingiriendo una cantidad de sal de 8,75 g
aproximadamente.
Además, ingerir
este agua crea hipertensión y aumenta considerablemente el riesgo de padecer
enfermedades cardíacas y ACV (accidente cerebrovascular), debido a que las arterias
se contraerían para mantener la presión arterial y provocando que la sangre
deje de llegar al cerebro.
En 1952 un doctor
llamado Alain Bombard hizo un experimento llamado «Náufrago Voluntario» en el
cual se lanzó a la deriva en el Atlántico durante 65 días en una balsa sin
provisiones. Según él, en caso de que te encuentres en alta mar es posible
beber una cucharada de agua de mar cada 20 minutos, bebiéndose muy despacio y
dejando que la saliva reduzca la salinidad del agua ingerida. Esto, según él,
contribuiría a sobrevivir más tiempo. De todos modos, hoy en día se sabe que el
Dr Bombard llevaba escondido comida en la balsa, de esta forma su teoría deja
de ser muy fiable.
En conclusión, si
se os pasa por la cabeza la idea de ser náufragos voluntarios nunca bebáis agua
de mar si no queréis deshidrataros, acudid mejor al agua de coco o de otro tipo
de fruta acuosa como la pera.
Ángela Gutiérrez Vílchez.
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