Tras un recorte
presupuestario del 25% frente al 17% de otras ocasiones, la ciencia se ve
expuesta a un futuro bastante incierto: científicos que no consiguen contratos
para seguir ejerciendo, laboratorios que no pueden costearse nuevos equipos
necesarios o simplemente con deudas que obligan a abandonar los experimentos.
Los recientes recortes
aprobados por el gobierno llegan antes o después a todos los rincones del
sistema de I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación), el cual tiene que
mirar obligatoriamente a medio o largo plazo ya que supondría grandes daños si se produjesen atrasos en los
programas abiertos, que tardarían mucho en recuperarse. Aunque esta no es la
primera vez en que hay escasez financiera en la investigación española, muchos
científicos afirman que es la más dura.
Un ejemplo de ello son
los sólo 340 contratos para investigadores de los programas Ramón y Cajal y
Juan de la Cierva frente a los 600 de 2011, o que el CSIC en 2008 ofreciera 200
plazas de científico titular y en este año parezca que van a optar por no sacar
ninguna. Al fin y al cabo, el recorte de casi un 30% en la partida que incluye
financiación hace que muchas plataformas, centros o institutos tengan que
cerrar por no poder financiar nuevas líneas de trabajo o incluso renovar las
plazas que se quedan libres -sobre todo por jubilación. Esto hace que muchos
científicos con bastantes años de experiencia y buenos resultados en los
estudios que han dirigido o aquellos que prometen llegar lejos, se tengan que
reinventar, dejar su vocación y empezar a buscar otra clase de trabajo. Algunos
optan por ir al extranjero donde, mientras en España se destruye el sistema,
investigadores nos pisan el terreno poco a poco.
“Pasamos de 43.9
millones de presupuesto en 2009 a 31.1 millones, en 2010 y a 26.4 millones el
año pasado. Estamos casi al límite: cubrir los gastos de mantenimiento de las
instalaciones y poder cumplir los compromisos adquiridos en proyectos y
contratos” ha dicho, en declaraciones a la prensa, Rosa de Vidania, directora
del Instituto Geológico y Minero de España. “Es un drama para los
investigadores del programa Ramón y Cajal y los contratados con cargo a
proyectos, que cuando los acaben se quedan sin trabajo”, señala. Además,
pequeños grupos de investigación, fuera de Madrid y Barcelona dependen mucho de
la financiación externa y se están quedando aislados. Ven su futuro como investigadores
por mal camino ya que es triste trabajar duro y captar fondos internacionales
para generar empleo y que les bloqueen su uso.
Sin ninguna duda,
estamos ante el mayor recorte en I+D desde que se puso en marcha el sistema con
la anterior Ley de la Ciencia, en 1986, y arrancaron los planes nacionales, en
1988, denuncia la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE). Lo
peor de todo es que no sabemos hasta qué punto va a llegar esta situación y
cómo de graves serán las consecuencias.
Laura Borrego Cabezas.
1 comentario:
Llevamos ya varios años seguidos de recortes presupuestarios en Ciencia, pero este último se lleva la palma. El desarrollo de muchas líneas de investigación se ve seriamente comprometido, por no hablar del problema humano que aqueja a tantos científicos (sobre todo jóvenes) que se ven obligados a elegir entre desarrollar su carrera en el extranjero, vivir en la precariedad o cambiar de proyecto de vida. Confiemos en que la presión ciudadana (hay varias campañas en marcha) ayude a que nuestros gobernantes rectifiquen esta política tan ciega.
Y, sin embargo, a pesar de todo lo anterior, creo sinceramente que merece la pena dedicarse profesionalmente a la ciencia. Sí, aquí y ahora. Expliraré mis razones en otro post.
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