Para comprender el papel que juega este continente en el calentamiento global en curso, es necesario conocer algo acerca de sus características físicas y orográficas. En la Antártida pueden distinguirse tres grandes regiones:
- La Antártida Oriental, cubierta con una capa de hielo de hasta 4km de espesor, llamada Easter Antarctica Ice Sheet ( en adelante, EAIS). Su fusión completa podría elevar el nivel del mar en unos 60 metros en todo el mundo. Afortunadamente, no tenemos indicios de que esto pueda suceder, al menos a corto plazo. Al parecer, en la EAIS reina actualmente un equilibrio entre formación y fusión de hielo.
- La Antártida Occidental, cubierta por una capa de hielo llamada Western Antarctica Ice Sheet (WAIS, en adelante), de dimensiones similares al casquete glaciar de Groenlandia. La WAIS es el centro de las preocupaciones de los climatólogos, al ser mucho más vulnerable al calentamiento global, por dos motivos:
1º Su baja altitud la hace sensible al efecto de los ciclones cálidos que, con frecuencia creciente, llegan procedentes de latitudes templadas y subtropicales.
2º Parte de su base está en contacto directo con el océano, por lo que podría recibir grandes cantidades de calor en un escenario de calentamiento progresivo de las masas oceánicas. Esta pudiera ser una de las causas de los últimos desprendimientos de grandes masas de hielo en esta región.
- La Península Antártica, que se proyecta hacia el norte y goza de un clima relativamente templado, con temperaturas por encima de 0ºC durante parte del año, y varios glaciares alpinos que descienden hacia la costa.
La evolución de las temperaturas y, en consecuencia, de la fusión del hielo antártico, difiere mucho de una a otra de estas regiones. Mientras que en la Antártida Oriental apenas ha habido cambios en los últimos 50 años, la Antártida Occidental y, sobre todo, la Península Antártica, han sufrido calentamientos apreciables. Las diferencias entre estas regiones tienen que ver con los factores regionales (orografía, régimen de vientos, etc.) que afectan al clima. Éste será el tema de nuestra próxima entrada.
- La Antártida Oriental, cubierta con una capa de hielo de hasta 4km de espesor, llamada Easter Antarctica Ice Sheet ( en adelante, EAIS). Su fusión completa podría elevar el nivel del mar en unos 60 metros en todo el mundo. Afortunadamente, no tenemos indicios de que esto pueda suceder, al menos a corto plazo. Al parecer, en la EAIS reina actualmente un equilibrio entre formación y fusión de hielo.
- La Antártida Occidental, cubierta por una capa de hielo llamada Western Antarctica Ice Sheet (WAIS, en adelante), de dimensiones similares al casquete glaciar de Groenlandia. La WAIS es el centro de las preocupaciones de los climatólogos, al ser mucho más vulnerable al calentamiento global, por dos motivos:
1º Su baja altitud la hace sensible al efecto de los ciclones cálidos que, con frecuencia creciente, llegan procedentes de latitudes templadas y subtropicales.
2º Parte de su base está en contacto directo con el océano, por lo que podría recibir grandes cantidades de calor en un escenario de calentamiento progresivo de las masas oceánicas. Esta pudiera ser una de las causas de los últimos desprendimientos de grandes masas de hielo en esta región.
- La Península Antártica, que se proyecta hacia el norte y goza de un clima relativamente templado, con temperaturas por encima de 0ºC durante parte del año, y varios glaciares alpinos que descienden hacia la costa.
La evolución de las temperaturas y, en consecuencia, de la fusión del hielo antártico, difiere mucho de una a otra de estas regiones. Mientras que en la Antártida Oriental apenas ha habido cambios en los últimos 50 años, la Antártida Occidental y, sobre todo, la Península Antártica, han sufrido calentamientos apreciables. Las diferencias entre estas regiones tienen que ver con los factores regionales (orografía, régimen de vientos, etc.) que afectan al clima. Éste será el tema de nuestra próxima entrada.