sábado, 7 de enero de 2012

YASUNÍ


Yasuní es un territorio de la Amazonía ecuatoriana considerado uno de los puntos calientes de la biodiversidad mundial, y con esto no hace falta explicar más su importancia. En esta región, declarada Parque Nacional por el gobierno de Ecuador y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, existen importantes reservas de petróleo, sobre las que han puesto sus ojos  -¡cómo no! -  algunas de las grandes empresas petroleras transnacionales. También el estado ecuatoriano, sumido desde hace muchos años en una crisis al lado de la cual la nuestra parece una broma, vería muy aliviadas sus finanzas si pudiera extraer petróleo del Yasuní.

Pero el Yasuní ha sido también el escenario de una iniciativa económica y ambiental hasta ahora única en el mundo. En 2007, a instancias de algunos grupos ecologistas y de defensa de los pueblos indígenas, el gobierno ecuatoriano propuso a la comunidad internacional el siguiente pacto: Ecuador se comprometía a renunciar a la explotación de estas golosas reservas petrolíferas si recibía de los países más desarrollados, a través de la ONU, una compensación económica que en aquel momento cifró en 3600 millones de dólares, escalonados a lo largo de 17 años.

Han pasado casi cinco años desde que se hizo pública esta iniciativa, y por ahora la recaudación obtenida es bastante magra: sólo 116 millones, según declaró el gobierno ecuatoriano el pasado 30 de Diciembre. De momento, esta cantidad ha llevado a las autoridades de este país a prorrogar el llamamiento a la comunidad internacional durante un año más, pero si ésta no se estira bastante más, es posible que, finalmente, los árboles del Yasuní sean sustituidos por torres de extracción de petróleo.

Esta iniciativa ha resultado especialmente polémica. Sus detractores invocan, para criticarla, el mal ejemplo que, según ellos, daría a otros estados. Una especie de “eco-chantaje”, siempre según estas personas. Sus partidarios, por el contrario, aplauden la “yasunización” de las relaciones internacionales, pues, en su opinión, permitiría resolver de manera solidaria las tensiones que a veces se dan entre el desarrollo económico de las regiones más atrasadas del mundo y la necesidad de preservar los equilibrios naturales a nivel planetario.

Si algo caracteriza a este blog es la abundancia y alto nivel de los comentarios de sus muchos lectores habituales. Por eso estoy seguro de que esta entrada va a dar pie a un intenso y enriquecedor debate sobre las ventajas e inconvenientes de la yasunización. ¿Quién empieza?



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