Yasuní es un territorio de la Amazonía ecuatoriana
considerado uno de los puntos calientes de la biodiversidad mundial, y con esto
no hace falta explicar más su importancia. En esta región, declarada Parque
Nacional por el gobierno de Ecuador y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO,
existen importantes reservas de petróleo, sobre las que han puesto sus
ojos -¡cómo no! - algunas de las grandes empresas petroleras
transnacionales. También el estado ecuatoriano, sumido desde hace muchos años
en una crisis al lado de la cual la nuestra parece una broma, vería muy
aliviadas sus finanzas si pudiera extraer petróleo del Yasuní.


Esta iniciativa ha resultado especialmente
polémica. Sus detractores invocan, para criticarla, el mal ejemplo que, según
ellos, daría a otros estados. Una especie de “eco-chantaje”, siempre según
estas personas. Sus partidarios, por el contrario, aplauden la “yasunización”
de las relaciones internacionales, pues, en su opinión, permitiría resolver de
manera solidaria las tensiones que a veces se dan entre el desarrollo económico
de las regiones más atrasadas del mundo y la necesidad de preservar los
equilibrios naturales a nivel planetario.
Si algo caracteriza a este blog es la
abundancia y alto nivel de los comentarios de sus muchos lectores habituales.
Por eso estoy seguro de que esta entrada va a dar pie a un intenso y
enriquecedor debate sobre las ventajas e inconvenientes de la yasunización.
¿Quién empieza?
No hay comentarios:
Publicar un comentario