Continuamos
exponiendo, de manera muy resumida, la
lista de los que Science considera “los
mayores hallazgos científicos de 2011”.
5.- Las
muy peculiares andanzas de los neutrinos, esas partículas sin carga y con una
masa de una milmillonésima la de un átomo de hidrógeno, es decir, “casi”
imposible de medir. En un peculiar experimento sobre su comportamiento, se
emitieron neutrinos desde un laboratorio situado en el CERN (cerca de Ginebra,
Suiza) hasta otro situado también bajo tierra, en concreto bajo el Gran Sasso,
la montaña más alta de los Apeninos italianos. Se registró con extraordinaria
precisión el momento de su llegada, observándose que llegaban 60000
millonésimas de segundo antes de lo que lo hubieran hecho si hubieran viajado a
la velocidad de la luz.
¡Una partícula que viaja más rápidamente que la luz!
Si esto se confirma, contradice una de las principales predicciones de la
Teoría Especial de la Relatividad, que es uno de los grandes paradigmas
científicos actuales. Lógicamente, la comunidad científica se lo pensará mucho
más de dos veces antes de aceptar semejante cambio. Para empezar, varios
físicos han declarado que lo más prudente es esperar a estar seguros de que no
ha habido ningún error experimental o interpretativo, y repetir el experimento.
Esto es algo esencial en la investigación científica: sólo resultados
verificables y repetibles por distintos equipos científicos se pueden
considerar fiables. Si las experiencias con los neutrinos pasan todos estos
controles, nos encontraremos ante un auténtico cataclismo en la Física.
6.- El
cerco al bosón de Higgs, esa
minúscula partícula, cuyas propiedades constituirían la causa última - ¿o
penúltima? – de esa curiosa propiedad de la materia que llamamos masa. También en el CERN de Ginebra se
anunció recientemente que los experimentos en el gran colisionador de hadrones
estaban a punto de “mostrar” al dichoso bosón de Higgs. Finalmente, el anuncio
definitivo se ha pospuesto ante la escasez de resultados Sí se han puesto de manifiesto, según los
científicos del CERN, ciertas conductas anómalas en las partículas subatómicas
sometidas a aceleración, sólo explicables, según ellos, si las atribuimos al
elusivo bosón. Pero hace falta acumular más resultados para considerarlos
estadísticamente significativos y dar por demostrada la presencia de nuestra
particulita. Quizá este año que comienza…
7.- La
secuenciación automática de los genomas bacterianos, gracias a nuevas y más
potentes máquinas (secuenciadores automáticos) y un software progresivamente
más refinado. Los avances en este campo han permitido detectar el origen - a
partir de las variantes de la secuencia de nucleótidos en el genoma analizado – de la cepa anormalmente
agresiva de Escherichia coli que
contaminó una partida de pepinos consumidos en Alemania, produciendo varias
víctimas mortales. Lástima que la prudencia de algunos responsables políticos
alemanes no estuviera a la altura de la ciencia y tecnología empleadas, pues
con unas apresuradas declaraciones culpando a los pepinos almerienses
produjeron un grave perjuicio económico a muchas familias agricultoras. Les
hubiera bastado esperar una semana para tener resultados concluyentes sobre el
origen de las bacterias. Hace un decenio hubieran tenido que esperar quizá un
año. Pero está visto que ningún avance científico es suficiente para compensar
la irresponsabilidad de algunas personas.
8.- Usando
ratones transgénicos como modelo, se
han logrado importantes avances en la comprensión de las bases
genéticas y bioquímicas de los síndromes de Down, Rett y X frágil. En los tres
casos se trata de anomalías en genes y/o cromosomas que producen, a través de
alteraciones en el desarrollo, distintos tipos de deficiencias fisiológicas y
mentales Estos estudio han permitido profundizar en el efecto primario
(bioquímico, a nivel celular) de cada anomalía genética, que suele consistir en
algún déficit o desequilibrio en alguna proteína básica para la fabricación de
cierto neurotransmisor, o en un desequilibrio en este último, en su síntesis,
liberación o recaptura. El conocimiento de todo ello ha permitido lograr
algunos avances en la curación de parte de los síntomas de estas deficiencias en ratones, hasta el punto de que la
empresa Roche ha comenzado ensayos clínicos de una molécula que revertiría
algunas de las consecuencias negativas del síndrome de Down. Si estos ensayos
llegan a buen puerto, estaríamos ante el primer tratamiento curativo de este
síndrome.
9.- Los
avances en la comprensión de los mecanismos de diferenciación de las células troncales (stem cells) o células madre. Estas células, tanto si
son embrionarias (las más versátiles) como si son adultas, tienen capacidad
para diferenciarse en uno u otro de los más de 60 tipos de células que
conforman nuestro organismo: desde glóbulos rojos a neuronas, pasando por
células musculares, de la piel, linfocitos, etc. Si pudiéramos sustituir
cualquier tejido o parte de un órgano que funciona mal (unos islotes de
Langerhans pancreáticos que no producen insulina, por ejemplo) por otra sana diferenciada
a partir de células madre del mismo paciente, el avance médico que esto
supondría sería sensacional. Para ello, además de resolver otros muchos
problemas, hay que conocer con detalle qué estímulos químicos hacen que una
célula troncal se diferencie en, por ejemplo, célula de páncreas, y no en, p.
ej., neurona cerebral. En la respuesta a este interrogante básico se ha
avanzado mucho durante el año 2011, aunque los editores de Science han optado
por no profundizar más en ello, quizá por tratarse de un terreno muy
resbaladizo, en el que ya ha habido fiascos importantes, quizá también porque
los intereses comerciales que sobrevuelan estas investigaciones hacen que
algunas de estas investigaciones sean especialmente discretas.
10.- Por último – last but not least – la misión
Mars Science Laboratory arrancó el
pasado Noviembre con el lanzamiento de una nave que dejará sobre la superficie
marciana el vehículo Curiosity.
Cuando, en Agosto, Curiosity amartice sobre el cráter de las Tormentas, su
principal objetivo será detectar posibles escenarios geológicos favorables a la
existencia de vida bacteriana, aunque no la vida en sí misma. Ésta, de existir
o haber existido en el pasado, requeriría de agua líquida y, lógicamente, unas
presiones y temperaturas que permitieran la presencia de agua líquida Aunque no
parece demasiado probable, no es imposible que en algunos materiales geológicos
se hayan dado las condiciones favorables para tales requisitos.
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