Recientemente han aparecido en los medios de comunicación varias informaciones relacionadas con el proyecto de ampliación del puerto de Sevilla. Este proyecto pretende, entre otras actuaciones, aumentar el calado del canal central del Guadalquivir, entre Sanlúcar de Barrameda y el puerto de Sevilla, hasta los ocho metros de profundidad, lo que permitiría la llegada al puerto sevillano de buques de mucho mayor desplazamiento.
La primera información aparecida se refiere a un informe elaborado por científicos del CSIC que desaconseja dragar el cauce hasta los 8 m de profundidad. Posteriormente, algunos medios como El País, matizaron estas informaciones, resaltando (y aquí ya no sé dónde termina la información y empieza la opinión) que el informe “minimiza el impacto del dragado”. Éste es promovido por la autoridad portuaria de Sevilla y la Junta de Andalucía, y supondría hacer el fondo del río 1.8 m más profundo en la parte central de su cauce.
De todo lo anterior parece deducirse que hay cierta contradicción en las informaciones publicadas, reflejo, tal vez, de un conflicto de intereses. Será necesario, pues, acudir a los documentos originales publicados por el equipo científico del CSIC, la comisión técnica de la que depende, el Patronato del Parque Nacional de Doñana, etc.
Esto es lo que haremos en nuestra próxima entrada. En esta nos limitamos a poner de relieve la doble contradicción instalada en torno al Guadalquivir y Doñana. Por un lado, entre crecimiento económico del entorno de Sevilla y conservación del entorno del río (Doñana incluido)y sus aprovechamientos tradicionales. Por el otro, entre información sesgada (haya o no intencionalidad en ella) e información equilibrada, que no equidistante.
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