jueves, 30 de diciembre de 2010

UN AÑO AGITADO PARA LA EVOLUCIÓN HUMANA / A YEAR OF UNREST FOR HUMAN EVOLUTION


Sí, verdaderamente agitado, y no sería una exageración calificarlo de cataclísmico. Los nuevos hallazgos han venido en buena parte del empleo de técnicas de Biología molecular (secuenciación de ADN fósil) y, aunque la mayoría se encuentran en una fase preliminar de investigación, prometen cambios aún mayores en nuestras ideas sobre el origen de nuestra especie. Aquí están algunos de los descubrimientos más publicitados en 2010:
Australopithecus sediba. Éste es el nombre de un nuevo homínido descubierto en Sudáfrica y al que, con una edad estimada de 1.9 millones de años, se le ha dado especial improtancia por reunir caracteres muy australopitecinos junto con otros más propios del género Homo. Esto ha hecho a sus descubridores sugerir que podría (recalco el condicional) estar en la base del linaje que conduce a nuestra especie.
2º El equipo de Svante Paabo, junto con un elenco amplísimo y multinacional de investigadores, ha casi completado la secuenciación del genoma neandertal, comparándolo, al mismo tiempo, con el de varias poblaciones humanas actuales. Tardaremos mucho en exprimir al máximo los resultados de esta logro científico, pero ya sabemos algo que nos llama poderosamente la atención: las poblaciones humanas actuales, a excepción de las africanas, comparten un 4% de su ADN con los neandertales. Esto indica que tuvo que haber episodios de cruce en tre ambas ¿especies? y, por tanto, estamos, algo más emparentados de lo que hasta ahora pensaban la mayoría de los investigadores.
3º Gracias a la comparación de las secuencias de ADN de los distintos individuos neandertales encontrados en la cueva de El Sidrón (Asturias), empezamos a vislumbrar detalles de la organización de sus grupos sociales. Al parecer, al menos en la región y época a la que corresponden esos restos, vivían en grupos patrilocales. Dicho de otro modo, los varones del grupo permanecían en éste, mientras que las mujeres cambiaban de grupo. este sistema patrilocal de organización familiar está aún hoy extendido entre muchos grupos de cazadores-recolectores y se dado también en algunas sociedades agrarias hasta hace relativamente poco tiempo. Una reminiscencia curiosa la encontramos en la lengua rusa, donde el verbo casarse es diferente según se aplique a un varón o a una mujer. En el primer caso, la palabra a utilizar (zhenitsa) significa literalmente "tomar mujer". Por el contrario, en el caso de una mujer, la expresión correspondiente es vyiti zamuzh, que literalmente significa "salir tras el marido". Decididamente, los parecidos entre nuestra especie y los primos neandertales se hacen cada día más patentes.
4º Pero este año hemos descubierto otros nuevos primos, parientes próximos de los neandertales y tal vez un poco menos de nosotros; los denisovianos. Tras este nombre propio de una película de ciencia ficción se encuentran unos humanos que vivieron en Siberia Oriental en la misma época en que neandertales y sapiens coexistían en Europa y Oriente Medio. Nuevamente es el análisis comparativo de su ADN el que ha revelado que hibridaron con neandertales y con algunas poblaciones humanas, pues los melanesios actuales llevan algo de su ADN.
5º El hallazgo más reciente en publicarse concierne directamente a nuestra especie. Los dientes encontrados en Qesem (Israel) han sido datados en una edad de al menos 300.000 años. Puesto que su morfología es muy parecida a la de los humanos actuales, de confirmarse la datación, retrasaría la edad de aparición de nuestra especie en al menos 100.000 años. Además, abriría la puerta a la posibilidad de que nuestro origen no estuviera en África sino en Oriente Medio.
Naturalmente, estos hallazgos tendrán que ser ampliados, contrastados y, en algún caso, verificados nuevamente. El proceso llevará años y, en él, sin duda habrá que matizar cuando no cambiar totalmente algunas de las conclusiones provisionales que aquí se han expuesto. Pero, en cualquier caso, este agitado año dejará cambios muy importantes en la visión científica de nuestros orígenes. Algunos podrían ser los siguientes:
  • La regionalización de nuestros orígenes próximos, que parece desprenderse de la variedad de poblaciones humanas, genéticamente diferenciadas, que sin embargo no estaban totalmente aisladas entre sí. Los intercambios genéticos europeos-neandertales, neandertales asiáticos, denisovianos-neandertales, denisovianos-melanesios, etc. (¡Cuantos "etc." quedan pro descubrir?) apuntan en esta dirección.
  • El actual concepto biológico de especie, que -en el Reino Animal- implica un aislamiento genético de otras especies, ahonda su crisis. Imponer unas categorías clasificatorias discretas a algo que está sujeto a variación continua trae consigo desajustes, que parecen aumentar cuanto mejor conocemos la biología de distintos grupos como, ahora, los homininos.
  • Deberemos acostumbrarnos a que, a partir de ahora, muchos de los avances en el conocimiento de nuestros orígenes vendrán de la aplicación de técnicas progresivamente más refinadas de secuenciación y comparación de ADN a partir de muestras minúsculas y a menudo mal conservadas de restos fosiles. A su vez, los hallazgos recientes proporcionados por estas técnicas bioquímicas han revolucionado nuestras ideas sobre este asunto, y prometen hacerlo aún más en los próximos años. El panorama que se abre ante nuestros ojos es incierto y, por eso mismo, especialmente excitante.

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