Cumpliendo lo prometido en una entrada anterior, vamos a comentar brevemente el hallazgo en Atapuerca (Burgos) de una mandíbula de 1.2 millones de años (en adelante, m.a.) de antigüedad. ¿Por qué es tan importante este descubrimiento?
Hasta los años 90, las hipótesis más aceptadas entre los paleoantropólogos suponían que los antepasados de nuestra especie (Homo habilis y Homo erectus, entre otros) habían evolucionado en África, y que sólo Homo erectus había sido capaz de colonizar Asia y Europa, pero no poblando ésta antes de unos 500,000 años BP (Before present, antes del momento actual). Se conocían, ciertamente, varios yacimientos en Francia e Italia con edades mucho más antiguas, pero todos ellos contenían exclusivamente herramientas y/o su autenticidad era dudosa.
En la década de 1990, sin embargo, dos valiosísimos yacimientos obligaron a revisar esta suposición. Nos referimos a
Dmanisi (Georgia) y
Atapuerca (España). En el primero de ellos ha aparecido restos de antepasados nuestros con más de 1.7 m.a., y que guardan importantes parecidos con
Homo habilis, especialmente en su baja capacidad craneana.
En cuanto a Atapuerca, la revista
Nature publicó en 1994 el hallazgo, en el nivel TD6 del yacimiento
Gran Dolina, de dientes y otras piezas óseas datados en unos 800,000 años, y adjudicados por sus descubridores a una nueva especie:
Homo antecessor.Pero el reciente hallazgo de una mandíbula con dientes en el nivel 9 del yacimiento del Elefante, también en Atapuerca, retrasa aún más la fecha del poblamiento de Europa occidental, al estar datado en 1.2 m.a.. Estos restos han sido adjudicados provisionalmente a Homo antecessor, aunque no todos los científicos aceptan esta asignación. Hay que resaltar que los últimos restos encontrados en Dmanisi (un fragmento de cráneo y diversas herramientas) son aún mucho más antiguos, probablemente de hace 1.7 m.a.
Estos hallazgos refuerzan la hipótesis que hace remontarse la colonización de Europa por homínidos a mucho antes de un millón de años BP. Los protagonistas de esta colonización serían, además, antepasados dotados de una escasa capacidad craneana (unos 700 c.c.) en comparación con nuestra especie (1200-1300 c.c.) y una industria lítica bastante limitada. Todo ello nos conduce a la posibilidad de que algunas de las especies africanas que se habrían establecido en Europa y Asia (H.antecessor?, H.rudolfensis?) hubieran originado en estos continentes nuevas especies de homínidos como Homo erectus (en Asia) y Homo antecessor (en Europa). Este último se convertiría, así, en la primera especie humana de origen estrictamente europeo.
Y esto, junto con la sorprendente migración de nuestros antepasados habilis a través de los continentes, sería una importante novedad en nuestra genealogía, novedad que pide a gritos ser explorada más a fondo.