¿Por qué, hace unos 3600 años, se extinguieron los mamuts?
Los medios de comunicación se han hecho eco de un trabajo publicado en PLoS Biology, revista científica de libre acceso en la red (Nogués-Bravo D, Rodríguez J, Hortal J, Batra P, Araújo MB (2008) Climate Change, Humans, and the Extinction of the Woolly Mammoth. PLoS Biol 6(4): e79 doi:10.1371/journal.pbio.0060079). Los autores del trabajo, científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (Madrid) han aplicado técnicas de simulación informática (modelos de simulación climática) a un conjunto de datos sobre temperaturas precipitaciones y vegetación en Eurasia durante los últimos 126.000 años. Cruzando estos datos con otros acerca de la localización y datación cronológica de los restos de mamuts correspondientes a ese período, han llegado a conclusiones muy interesantes.
Según parece desprenderse de los resultados del estudio, las poblaciones de mamut crecían o disminuían al ritmo en que lo hacía su hábitat – relativamente parecido a la actual tundra, aunque con más biomasa vegetal - durante los últimos períodos glaciares e interglaciares. Siempre según los resultados de este trabajo, el final del último periodo glaciar (15000-10000 años BP) supuso la reducción de este hábitat, y con él de las poblaciones de mamut a una relativamente pequeña región de Siberia y algunos enclaves de Escandinavia.
Nada parecía impedir que el mamut hubiera sobrevivido en estos enclaves hasta la actualidad, de no ser por la aparición en este escenario de una especie de primate capaz de cazar en grupos bien organizados y usando herramientas que pueden matar a distancia. Nos referimos, claro está, a nuestra especie. Al parecer, los grupos de cazadores-recolectores humanos se fueron moviendo hacia el Norte siguiendo en su retirada a los grandes herbívoros como el mamut. Los autores de este trabajo han introducido la eficiencia cazadora humana en sus modelos matemáticos a través de un parámetro denominado HI (Hunting intensity, el número de animales cazados por persona y año). Al hacer correr el modelo en el ordenador, los resultados obtenidos muestran que la población residual de mamuts se extinguiría si hubiera estado sometida a una presión de caza correspondiente a HI = 0.37 . Dicho de otro modo, para las densidades de población humana y de mamuts estimadas, si cada persona hubiera cazado un promedio de tres mamuts al año (cifra que se me antoja bastante alta), los mamuts se habrían extinguido.
Así pues, resulta bastante razonable suponer que, en una situación ambiental ya de por sí adversa para el mamut, nuestros antepasados dieron el golpe de gracia a esta impresionante mamífero. De confirmarse esta hipótesis (por otro lado, ya clásica en el campo de la ecología humana), podríamos afirmar que los impactos humanos sobre la biodiversidad se remontan hasta los albores de nuestra especie. Aún así, debe quedarnos claro que estos impactos no son nada en comparación con los actuales. Las sociedades industriales han amplificado enormemente la capacidad humana para alterar el sistema Tierra. Lo de los mamuts, en comparación, sería casi una travesura.
Los medios de comunicación se han hecho eco de un trabajo publicado en PLoS Biology, revista científica de libre acceso en la red (Nogués-Bravo D, Rodríguez J, Hortal J, Batra P, Araújo MB (2008) Climate Change, Humans, and the Extinction of the Woolly Mammoth. PLoS Biol 6(4): e79 doi:10.1371/journal.pbio.0060079). Los autores del trabajo, científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (Madrid) han aplicado técnicas de simulación informática (modelos de simulación climática) a un conjunto de datos sobre temperaturas precipitaciones y vegetación en Eurasia durante los últimos 126.000 años. Cruzando estos datos con otros acerca de la localización y datación cronológica de los restos de mamuts correspondientes a ese período, han llegado a conclusiones muy interesantes.
Según parece desprenderse de los resultados del estudio, las poblaciones de mamut crecían o disminuían al ritmo en que lo hacía su hábitat – relativamente parecido a la actual tundra, aunque con más biomasa vegetal - durante los últimos períodos glaciares e interglaciares. Siempre según los resultados de este trabajo, el final del último periodo glaciar (15000-10000 años BP) supuso la reducción de este hábitat, y con él de las poblaciones de mamut a una relativamente pequeña región de Siberia y algunos enclaves de Escandinavia.
Nada parecía impedir que el mamut hubiera sobrevivido en estos enclaves hasta la actualidad, de no ser por la aparición en este escenario de una especie de primate capaz de cazar en grupos bien organizados y usando herramientas que pueden matar a distancia. Nos referimos, claro está, a nuestra especie. Al parecer, los grupos de cazadores-recolectores humanos se fueron moviendo hacia el Norte siguiendo en su retirada a los grandes herbívoros como el mamut. Los autores de este trabajo han introducido la eficiencia cazadora humana en sus modelos matemáticos a través de un parámetro denominado HI (Hunting intensity, el número de animales cazados por persona y año). Al hacer correr el modelo en el ordenador, los resultados obtenidos muestran que la población residual de mamuts se extinguiría si hubiera estado sometida a una presión de caza correspondiente a HI = 0.37 . Dicho de otro modo, para las densidades de población humana y de mamuts estimadas, si cada persona hubiera cazado un promedio de tres mamuts al año (cifra que se me antoja bastante alta), los mamuts se habrían extinguido.
Así pues, resulta bastante razonable suponer que, en una situación ambiental ya de por sí adversa para el mamut, nuestros antepasados dieron el golpe de gracia a esta impresionante mamífero. De confirmarse esta hipótesis (por otro lado, ya clásica en el campo de la ecología humana), podríamos afirmar que los impactos humanos sobre la biodiversidad se remontan hasta los albores de nuestra especie. Aún así, debe quedarnos claro que estos impactos no son nada en comparación con los actuales. Las sociedades industriales han amplificado enormemente la capacidad humana para alterar el sistema Tierra. Lo de los mamuts, en comparación, sería casi una travesura.
6 comentarios:
A mi este tema me dejó de piedra cuando lo leí. Efectivamente, no es más que una broma comparado con lo que hacemos hoy.
Por cierto, gracias por el enlace, ya conocía tu blog, lo que pasa es que esta mañana tuve algunos problemas con internet y no conseguía entrar.
Voy a hacer unas reformas en los vínculos y te insertaré.
El otro día leí un artículo muy interesante sobre este mismo tema en un periódico así que intentaré llevarlo a clase el próximo día. Saludos.
The other day I had the opportunity to read a very interesting article in a newspaper about this topic in question so I will try to bring it to class next day. Regards.
Es una noticia bastante interesante y que desconocía. Yo, este daño que le hicimos a la diversidad ecológica no lo considero tan grave como el que le hacemos ahora, no por nada , sino porque antes seguramente no eramos conscientes de la gravedad de nuestras acciones contra la naturaleza y lo haciamos por instinto de supervivencia;pero ahora aun sabiendo las debastadoras consecuencias que ello acarrea para el planeta y para todas las especies que lo habitan continuamos contaminando sin compasión, talamos como nunca, y destruimos, cuanto más mejor, todo por dinero y de manera muy consciente. Menos mal que hay una pequeña minoría que se da cuenta de lo que estamos haciendo e intenta actuar a favor de la proteccion del medio ambiente.
J.M ternero
De ahí la importancia de mantener sistemas de conexión entre parajes protegidos. Si se fragmentan las áreas, las especies son mucho más vulnerables.
Hay territorios refugio cuando suceden cambios climáticos. Como las altas cumbres o las regiones especialmente cálidas y lluviosas. Y cuando vienen mal dadas, las especies sólo sobreviven allí, a la espera de que sea su turno, a la espera de un nuevo cambio, esta vez favorable, mientras otras expanden sus poblaciones. Que, a su vez, quedarán reducidas, en el siguiente cambio, a la distribución de sus refugios.
Es importante localizar refugios y protegerlos. Esos son los lugares que importan, y mucho.
En los hábitats refugio, cemento cero.
¡Hola!, he estado leyendo un artículo que me dio el profesor también sobre los mamuts y a diferencia del artículo del blog las noticias por parte del periódico dicen que hace 6.000 años, bastaría con que cada humano matara UN EJEMPLAR CADA TRES AÑOS (no tres cada año),para llevar la especie a extinción pero también se añade a esto el clima.
Creo que el científico Davis Nogués-Bravo ha hecho un gran trabajo al combinar hipótesis sobre varios temas (cambio climático, impacto antrópico, factores genéticos...) y lograr formar una idea sobre supuestas causas de la extinción de una especie pasada, en este caso el mamut.
Espero que con esto se inicien más estudios sobre oras extinciones ya que nos ayudarán a saber más sobre nuestros antepasados.
Una cosa curiosa sobre esta noticia es que este modelo de investigación a seguir podría servir para clarificar por qué se extinguienron los neandertales.
Yolanda Vega
Yolanda: la cifra de tres animales por persona y año la he sacado directamente de la publicación original (la referencia está en mi comentario) y no del artículo que, basado en esa publicación, apareció en "El País". No sé si se ha equivocado el autor del artículo periodístico o yo, pero en mi entrada comentaba que la cifra me parece excesiva, así que puede que sea un error mío. Cuando tenga tiempo lo verificaré.
Muchas gracias por tu comentario.
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