1. A todos los grandes científicos se les
recuerda por sus aportaciones al conocimiento humano, no por sus errores.
Darwin aceptó la herencia de caracteres adquiridos y formuló una hipótesis para
explicar la transmisión de variaciones hereditarias (la pangénesis) que ya en
su tiempo parecía disparatada, y de la que él mismo se retractó. Sin embargo,
nada de eso tiene importancia al lado de su extraordinaria idea: la Selección
Natural, base sobre la que se construyó toda la Biología Evolutiva posterior.
Darwin con 31 años |
2. La evolución biológica fue, en
su momento original, una hipótesis de trabajo. Posteriormente, se convirtió en
una teoría vertebradora de muchos conocimientos biológicos. En la actualidad,
confirmada por una multitud de evidencias, se considera un hecho.
3. Si nos preguntamos por el
“cómo” de ese cambio evolutivo, en la actualidad recurrimos a la Teoría
Sintética de la Evolución, que basa sus explicaciones en el mecanismo
denominado Selección Natural, expuesto por primera vez por Darwin y Wallace.
Esto no significa, sin embargo, que no haya un interesantísimo campo de
polémicas científicas en torno a los mecanismos evolutivos: neutralismo,
equilibrios intermitentes, evo-devo, etc. Pero - insisto – prácticamente toda
la comunidad científica, a pesar de estos debates, coincide en considerar la
evolución biológica un hecho comprobado.
4. Han transcurrido 164 años
desde la publicación de El Origen de las Especies, la obra capital de
Charles R. Darwin. En este tiempo, las ciencias han progresado enormemente. Se
han realizado avances que ni el mismo Darwin (persona muy clarividente, por
cierto) podría imaginar. En consecuencia, si alguien ajeno a la Biología evolutiva
quiere aprender sobre evolución biológica, debería estudiar la actual
Biología evolutiva, en lugar de estudiar a Darwin. Muchos filósofos estudian a
este científico como lo harían con Platón o Nietzsche. Craso error. Al hacerlo
así, se están perdiendo los asombrosos avances de la ciencia en multitud de
campos relacionados con la vida y con nuestro planeta.
Darwin en su madurez. |
5. Se ha abusado mucho de las
ideas de Darwin, sobre todo por parte de pensadores venidos de otros ámbitos
del conocimiento: sociólogos, filósofos, economistas, etc. Me gustaría comentar
uno de estos abusos. ¿Habéis oído hablar de la falacia naturalista?
Un concepto que se puede aplicar a pensadores tan distintos como Spencer y
Kropotkin. Algo que da para muchos otros artículos.
Rubén Nieto.
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