"Nuestros Wallace" de la Feria de la Ciencia (Sevilla 2009), junto con otros personajes de la vida de Darwin.
En esta entrada el protagonista es Alfred Russell Wallace, el codescubridor, junto a Darwin, de la evolución por selección natural. Tal vez la historia le haya tratado injustamente, puesto que fue un gran científico y mostró a lo largo de su vida una personalidad inquieta y generosa. Merece destacarse la sincera y profunda amistad que Darwin y Wallace se profesaron, todo un ejemplo para estos tiempos en los que abunda demasiado la más exacerbada competitividad.
Buenos días. me llamo Alfred Russell Wallace y mi gran pasión es el estudio de la naturaleza. Desde muy joven participé en largas expediciones científicas. primero estuve en la Amazonia brasileña, donde hice importantes hallazgos. Después me trasladé a malasia, Indonesia y Nueva Guinea. Allí descubrí importantes hechos sobre la distribución geográfica de plantas y animales, lo que me llevó a cuestionarme las teorías entonces vigentes sobre la formación de las especies. Elaboré entonces una hipótesis alternativa que pretendía explicar la transformación de unas especies en otras gracias a la presión selectiva del ambiente sobre los distintos individuos de una especie.
Antes de publicar mis ideas sobre lo que luego se llamaría "evolución por selección natural", pensé que sería prudente consultarlas con algún naturalista de renombre, cuya experiencia pudiera avalar mi trabajo. Así que, en 1858, envié un resumen de éste a Charles R. Darwin, con el ruego de que, si consideraba que merecían la pena, me ayudara a publicarlo.
La respuesta de Darwin fue sorprendente y generosa al mismo tiempo. Me anunció que llevaba más de 20 años trabajando en este asunto, con resultados muy similares a los míos. Se ofreció a publicar mi trabajo junto con un resumen del suyo, de modo que compartiéramos la prioridad de esta nueva teoría científica.
Debo decir que desde aquel momento y hasta su muerte, Darwin tuvo siempre un comportamiento generoso y considerado conmigo. Sus buenas relaciones con el mundo académico le hubieran permitido ningunearme, plagiarme y reducirme al silencio, pero nuunca lo hizo. Yo espero haberle correspondido con mi reconocimiento y gratitud.
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