LOS HECHOS:
En la noche del 2 al 3 de Diciembre de 1984, la fábrica de pesticidas que la multinacional Union Carbide poseía en Bhopal (centro de la India) sufrió un escape de unas 42 toneladas de gases tóxicos, principalmente isocianato de metilo. La catástrofe subsecuente fue de proporciones aterradoras.
Una vez en contacto con la atmósfera, el isocianato se transformó en una mezcla de gases letales, entre los que abundaba el ácido cianhídrico. Estos gases, a elevada temperatura al haberse formado en una reacción muy exotérmica, originaron una nube ardiente que, pegada al suelo, recorrió toda la ciudad y sus alrededores. Cientos y cientos de personas murieron en el acto; otros muchos lo hicieron en la alocada huída emprendida por los habitantes de Bhopal, tratando de escapar de una muerte horrible. Se calcula que unas 8000 personas fallecieron en las primeras 48 horas, y casi 20000 lo hicieron en las siguientes semanas. Más de 150000 han sufrido secuelas importantes hasta hoy, siendo incontables las personas que han fallecido a lo largo de los últimos 24 años.
Las causas del escape radican en un incumplimiento de las medidas de seguridad que preveía la legislación india y la propia normativa de la Union Carbide. Esta empresa abandonó la fábrica y dejó en el lugar toneladas de compuestos tóxicos que aún hoy siguen emponzoñando aguas y suelos. Los responsables de esta multinacional admitieron que la fábrica de Bhopal no contaba con las mismas estrictas medidas de seguridad de que disfrutaba su fábrica hermana en Virginia (Estados Unidos).
La Union Carbide, posteriormente absorbida por el conglomerado multinacional Dow Chemical, acordó con el gobierno indio una compensación de 470 millones de dólares por los daños producidos, la sexta parte de lo reclamado por las asociaciones de afectados. A cambio, el gobierno renunciaba a cualquier otra reclamación por vía judicial.
Veinticuatro años después de la tragedia, las indemnizaciones sólo han llegado a los familiares de 11267 fallecidos, a razón de unos 1500 euros por persona fallecida. No se ha indemnizado a quienes sufrieron daños en su salud mental, ni a los hijos de mujeres expuestas al escape, que han sufrido secuelas físicas o mentales.
El 3 de Noviembre de 2008 un tribunal norteamericano aceptó la demanda del colectivo de afectados e instó a Dow Chemical a financiar las obras de limpieza y descontaminación. Esta demanda fue apoyada por el gobierno tras la intensa campaña de movilizaciones emprendida por el pueblo de Bhopal, que culminó en el pasado abril con una marcha de afectados por la tragedia, que recorrió a pie los 800 km que separan Bhopal de Nueva Delhi.
Una vez en contacto con la atmósfera, el isocianato se transformó en una mezcla de gases letales, entre los que abundaba el ácido cianhídrico. Estos gases, a elevada temperatura al haberse formado en una reacción muy exotérmica, originaron una nube ardiente que, pegada al suelo, recorrió toda la ciudad y sus alrededores. Cientos y cientos de personas murieron en el acto; otros muchos lo hicieron en la alocada huída emprendida por los habitantes de Bhopal, tratando de escapar de una muerte horrible. Se calcula que unas 8000 personas fallecieron en las primeras 48 horas, y casi 20000 lo hicieron en las siguientes semanas. Más de 150000 han sufrido secuelas importantes hasta hoy, siendo incontables las personas que han fallecido a lo largo de los últimos 24 años.
Las causas del escape radican en un incumplimiento de las medidas de seguridad que preveía la legislación india y la propia normativa de la Union Carbide. Esta empresa abandonó la fábrica y dejó en el lugar toneladas de compuestos tóxicos que aún hoy siguen emponzoñando aguas y suelos. Los responsables de esta multinacional admitieron que la fábrica de Bhopal no contaba con las mismas estrictas medidas de seguridad de que disfrutaba su fábrica hermana en Virginia (Estados Unidos).
La Union Carbide, posteriormente absorbida por el conglomerado multinacional Dow Chemical, acordó con el gobierno indio una compensación de 470 millones de dólares por los daños producidos, la sexta parte de lo reclamado por las asociaciones de afectados. A cambio, el gobierno renunciaba a cualquier otra reclamación por vía judicial.
Veinticuatro años después de la tragedia, las indemnizaciones sólo han llegado a los familiares de 11267 fallecidos, a razón de unos 1500 euros por persona fallecida. No se ha indemnizado a quienes sufrieron daños en su salud mental, ni a los hijos de mujeres expuestas al escape, que han sufrido secuelas físicas o mentales.
El 3 de Noviembre de 2008 un tribunal norteamericano aceptó la demanda del colectivo de afectados e instó a Dow Chemical a financiar las obras de limpieza y descontaminación. Esta demanda fue apoyada por el gobierno tras la intensa campaña de movilizaciones emprendida por el pueblo de Bhopal, que culminó en el pasado abril con una marcha de afectados por la tragedia, que recorrió a pie los 800 km que separan Bhopal de Nueva Delhi.
1 comentario:
¿Que se puede comentar de esto? Se queda uno de piedra... ¿Y en cuanto esta valorada la vida de 1 ser humano? ¿1500 "cochinos" euros? Me da vergüenza esta sociedad tan inhumana en la que vivimos.
No hablamos solo de los muertos, sino como dice la entrada de las secuelas que este desastre ha dejado en mucha gente, ¡que catastrofe!
En fin, no puedo con estos temas... Espero que realmente se cumpla el titulo de esta entrada: BHOPAL, NUNCA MAS. Pero ni Bhopal, ni ningun otro lugar.
Un saludito, nos vemos en clase. ¡Suerte a todos con los examenes!
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