El exagerado crecimiento demográfico está agotando aceleradamente los recursos naturales del planeta y saturando la capacidad de infraestructura, además de generar mayor contaminación, en la medida en que el hombre mantiene un constante crecimiento industrial para satisfacer sus necesidades. Este crecimiento industrial trae consigo: desechos tóxicos de tipo doméstico, el efecto invernadero, las lluvias ácidas y contaminación de los ríos, lagos y mares…, todos los cuales venían siendo los principales problemas de contaminación para la humanidad. Pero hasta hace poco, no se conocía a ciencia cierta sobre la gravedad de lo que hoy existe: la destrucción de la capa de ozono, cuyo agujero ha alcanzado una extensión mucho mayor que el doble de la extensión territorial de los Estados Unidos.
La vida en la Tierra ha sido protegida durante millares de años por una capa de veneno vital en la atmósfera. Esta capa, compuesta de ozono, sirve de escudo para proteger a la Tierra contra las dañinas radiaciones ultravioletas del sol. Hasta donde sabemos, es exclusiva de nuestro planeta. Si desapareciera, la luz ultravioleta del sol esterilizaría la superficie del globo y aniquilaría toda la vida terrestre.La capa de ozono se encuentra en la zona comprendida entre los 35 km y los 80 km, la cual se halla encima de la estratosfera y debajo de la ionosfera.
El ozono es una forma de oxígeno cuya molécula tiene tres átomos, en vez de los dos del oxígeno común. El tercer átomo es el que hace que el gas que respiramos sea venenoso; mortal, si se aspira una pequeñísima porción de esta sustancia. Por medio de procesos atmosféricos naturales, las moléculas de ozono se crean y se destruyen continuamente. Las radiaciones ultravioletas del sol descomponen las moléculas de oxígeno en átomos que entonces se combinan con otras moléculas de oxígeno para formar el ozono.
Se denomina agujero de ozono o agujero en la capa de ozono a la zona de la atmósfera terrestre donde se producen reducciones anormales de la capa de ozono, fenómeno anual observado durante la primavera en las regiones polares y que es seguido de una recuperación durante el verano.
Sobre la Antártida la pérdida de ozono llega al 70%, mientras que sobre el Ártico llega al 30%. Este fenómeno fue descubierto y demostrado por Sir Gordon Dobson en 1960, que atribuyó a las condiciones meteorológicas extremas que sufre el continente Antártico.
Sin embargo, un amplio sector científico achacó este fenómeno al aumento de la concentración de cloro y de bromo en la estratosfera debido tanto a las emisiones antropogénicas de compuestos clorofluorocarbonados (C.F.C.) como del desinfectante de almácigos bromuro de metilo.
En 1995, Mario J. Molina, de nacionalidad mexicana, fue el primer científico en sostener esta teoría: obtuvo el Premio Nobel de Química.
En septiembre de 1987 varios países firmaron el Protocolo de Montreal, en el que se comprometían a reducir a la mitad la producción de CFC´s en un periodo de 10 años. A pesar de estas medidas, el agujero de ozono continúa con su ciclo de aparición-desaparición.
La vida en la Tierra ha sido protegida durante millares de años por una capa de veneno vital en la atmósfera. Esta capa, compuesta de ozono, sirve de escudo para proteger a la Tierra contra las dañinas radiaciones ultravioletas del sol. Hasta donde sabemos, es exclusiva de nuestro planeta. Si desapareciera, la luz ultravioleta del sol esterilizaría la superficie del globo y aniquilaría toda la vida terrestre.La capa de ozono se encuentra en la zona comprendida entre los 35 km y los 80 km, la cual se halla encima de la estratosfera y debajo de la ionosfera.
El ozono es una forma de oxígeno cuya molécula tiene tres átomos, en vez de los dos del oxígeno común. El tercer átomo es el que hace que el gas que respiramos sea venenoso; mortal, si se aspira una pequeñísima porción de esta sustancia. Por medio de procesos atmosféricos naturales, las moléculas de ozono se crean y se destruyen continuamente. Las radiaciones ultravioletas del sol descomponen las moléculas de oxígeno en átomos que entonces se combinan con otras moléculas de oxígeno para formar el ozono.
Se denomina agujero de ozono o agujero en la capa de ozono a la zona de la atmósfera terrestre donde se producen reducciones anormales de la capa de ozono, fenómeno anual observado durante la primavera en las regiones polares y que es seguido de una recuperación durante el verano.
Sobre la Antártida la pérdida de ozono llega al 70%, mientras que sobre el Ártico llega al 30%. Este fenómeno fue descubierto y demostrado por Sir Gordon Dobson en 1960, que atribuyó a las condiciones meteorológicas extremas que sufre el continente Antártico.
Sin embargo, un amplio sector científico achacó este fenómeno al aumento de la concentración de cloro y de bromo en la estratosfera debido tanto a las emisiones antropogénicas de compuestos clorofluorocarbonados (C.F.C.) como del desinfectante de almácigos bromuro de metilo.
En 1995, Mario J. Molina, de nacionalidad mexicana, fue el primer científico en sostener esta teoría: obtuvo el Premio Nobel de Química.
En septiembre de 1987 varios países firmaron el Protocolo de Montreal, en el que se comprometían a reducir a la mitad la producción de CFC´s en un periodo de 10 años. A pesar de estas medidas, el agujero de ozono continúa con su ciclo de aparición-desaparición.
Nadie sabe cuáles serán las consecuencias del agujero en la capa de ozono, pero la investigación científica exhaustiva no ha dejado dudas en cuanto a la responsabilidad de los CFC. Al parecer, su acción es favorecida por las condiciones meteorológicas exclusivas de la zona, que crean una masa aislada de aire muy frío alrededor del Polo Sur.
Laura Gutiérrez.
1 comentario:
Ciertamente es un problema considerable, ya que nosotros al igual que el resto de los seres vivos dependemos de la capa de ozono solo para tener la posibilidad de existir, claro si contar lo demás problemas que el hombre esta causando a la naturaleza. El sol emite tres tipos de rayos ultravioleta, así llamados, A, B, y C. Los rayos A y B, aunque en su medida perjudiciales, podemos aceptarlos, de hecho ellos son los que nos ponen morenos, pero si nos pasamos, nos queman o incluso nos producen cancer de piel, pero los rayos ultravioleta C, son definitivamente mortales, basta con que recibamos una pequeña dosis de él y se acabo para nosotros, y es este precisamente el que absorbe completamente la capa de ozono.
¿Sabiais que los compuestos Clorofluorocarbonados (C.F.C) eran utilizados hace años para el sistema de refrigeración de los frigoríficos? Pues sí, ellos y los llamados gases libre, o atomos libres estan produciendo un daño cada vez mas irreparable en la capa de ozono, está en nuestras manos y en la de todos poner fin a este problema.
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