miércoles, 26 de noviembre de 2008

EL AGUJERO EN LA CAPA DE OZONO /OZONE DEPLETION (THE HOLE IN THE OZONE LAYER







El exagerado crecimiento demográfico está agotando aceleradamente los recursos naturales del planeta y saturando la capacidad de infraestructura, además de generar mayor contaminación, en la medida en que el hombre mantiene un constante crecimiento industrial para satisfacer sus necesidades. Este crecimiento industrial trae consigo: desechos tóxicos de tipo doméstico, el efecto invernadero, las lluvias ácidas y contaminación de los ríos, lagos y mares…, todos los cuales venían siendo los principales problemas de contaminación para la humanidad. Pero hasta hace poco, no se conocía a ciencia cierta sobre la gravedad de lo que hoy existe: la destrucción de la capa de ozono, cuyo agujero ha alcanzado una extensión mucho mayor que el doble de la extensión territorial de los Estados Unidos.
La vida en la Tierra ha sido protegida durante millares de años por una capa de veneno vital en la atmósfera. Esta capa, compuesta de ozono, sirve de escudo para proteger a la Tierra contra las dañinas radiaciones ultravioletas del sol. Hasta donde sabemos, es exclusiva de nuestro planeta. Si desapareciera, la luz ultravioleta del sol esterilizaría la superficie del globo y aniquilaría toda la vida terrestre.La capa de ozono se encuentra en la zona comprendida entre los 35 km y los 80 km, la cual se halla encima de la estratosfera y debajo de la ionosfera.
El ozono es una forma de oxígeno cuya molécula tiene tres átomos, en vez de los dos del oxígeno común. El tercer átomo es el que hace que el gas que respiramos sea venenoso; mortal, si se aspira una pequeñísima porción de esta sustancia. Por medio de procesos atmosféricos naturales, las moléculas de ozono se crean y se destruyen continuamente. Las radiaciones ultravioletas del sol descomponen las moléculas de oxígeno en átomos que entonces se combinan con otras moléculas de oxígeno para formar el ozono.
Se denomina agujero de ozono o agujero en la capa de ozono a la zona de la atmósfera terrestre donde se producen reducciones anormales de la capa de ozono, fenómeno anual observado durante la primavera en las regiones polares y que es seguido de una recuperación durante el verano.
Sobre la Antártida la pérdida de ozono llega al 70%, mientras que sobre el Ártico llega al 30%. Este fenómeno fue descubierto y demostrado por Sir Gordon Dobson en 1960, que atribuyó a las condiciones meteorológicas extremas que sufre el continente Antártico.
Sin embargo, un amplio sector científico achacó este fenómeno al aumento de la concentración de cloro y de bromo en la estratosfera debido tanto a las emisiones antropogénicas de compuestos clorofluorocarbonados (C.F.C.) como del desinfectante de almácigos bromuro de metilo.
En 1995, Mario J. Molina, de nacionalidad mexicana, fue el primer científico en sostener esta teoría: obtuvo el Premio Nobel de Química.
En septiembre de 1987 varios países firmaron el Protocolo de Montreal, en el que se comprometían a reducir a la mitad la producción de CFC´s en un periodo de 10 años. A pesar de estas medidas, el agujero de ozono continúa con su ciclo de aparición-desaparición.



Nadie sabe cuáles serán las consecuencias del agujero en la capa de ozono, pero la investigación científica exhaustiva no ha dejado dudas en cuanto a la responsabilidad de los CFC. Al parecer, su acción es favorecida por las condiciones meteorológicas exclusivas de la zona, que crean una masa aislada de aire muy frío alrededor del Polo Sur.


Laura Gutiérrez.

Antártida 2008: un gran agujero en la capa de ozono / Antarctica 2008: a big hole in the Ozone layer


Llamamos capa de ozono, o de manera más correcta, ozonosfera, a aquella zona de la atmósfera terrestre, la estratosfera, que contiene una concentración relativamente alta de ozono. Dicha capa, que suele extenderse aproximadamente de los 15 a los 40 kilómetros de altitud, reúne el 90% del ozono presente en la atmósfera y absorbe del 97% aproximadamente de la radiación ultravioleta de alta frecuencia procedente del sol.
Para los que no lo sepan, la molécula de ozono está compuesta por tres átomos de oxígeno (O3),. El ozono estratosférico se forma por acción de la radiación ultravioleta, que disocia las moléculas de oxígeno molecular (O2) en dos átomos, los cuales pueden reaccionar con otra molécula de O2 formándose de nuevo el ozono. Se forma así un equilibrio dinámico en el que se forma y destruye ozono continuamente, absorbiéndose de esta manera la radiación ultravioleta solar. De esta manera es como el ozono actúa como un filtro que no deja pasar dicha radiación perjudicial para nosotros hasta la superficie de la Tierra.
Si todo esto sucediera de la manera descrita anteriormente durante toda la vida, no sucedería ningún problema. Pero lo que realmente ocurre es que ese equilibrio se ve afectado por la presencia de ciertos compuestos contaminantes denominados compuestos clorofluorocarbonados (CFCs),que suben hasta la alta atmósfera donde aceleran o catalizan la destrucción del ozono. Esto tiene como consecuencia que se destruya el ozono más rápidamente de lo que se regenera, con lo que se produce así el mal llamado “agujero de la capa de ozono”.
No se trata realmente de un agujero, sino de una considerable disminución del ozono estratosférico, provocada por los CFCs. Esta disminución ocurre cada año, sobre todo en la Antártida.
Después de una ligera recuperación en 2007, el estrechamiento de la capa de ozono situado sobre la Antártida es mayor este año, tanto en extensión como en volumen, según da a conocer la Agencia Espacial Europea (ESA). En este año 2008, la zona de estrechamiento de la ozonosfera ha llegado a alcanzar unos 27 millones de kilómetros cuadrados, en comparación con los 25 millones de kilómetros cuadrados del año pasado. Por si esos kilómetros fueran pocos, el récord del estrechamiento se batió en 2006, con un tamaño de 29 millones de kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a toda Norteamérica.
Con esto podemos ver que aunque el Protocolo de Montreal y las medidas internacionales adoptadas para hacer frente al problema de la capa de ozono en la atmósfera estén funcionando, la ozonosfera se sigue viendo afectada a causa de los "efectos secundarios" de la industrialización.

Miguel Ángel Hurtado.




martes, 25 de noviembre de 2008

ATENCIÓN A LAS PARTÍCULAS EN SUSPENSIÓN / BE CAREFUL WITH SOLID PARTICLES!


Las partículas sólidas en suspensión o aerosoles son porciones de pequeño tamaño de sólidos que están en suspensión en el aire. Su tamaño va desde 0,002 micras a 25 micras. Estas partículas en suspensión son, junto al ozono, uno de los principales contaminantes en las áreas urbanas, como los metales pesados (Pb,Cd,Hg) o el dióxido de azufre, que son expulsados por el uso de combustibles fósiles en vehículos e industrias ,incineración de residuos, etc.
Las partículas más pequeñas son más peligrosas porque, al tener menor masa no están lo suficientemente atraídas por la gravedad como para que sedimenten, por lo que se quedan en suspensión en el aire, y consiguen entrar por las vías respiratorias. En la atmósfera intervienen en las reacciones que se dan en esta y para la salud suponen un gran peligro también ya que se alojan en los pulmones y tráquea ocasionando problemas respiratorios, cardiovasculares, cánceres, alergias, etc...Las partículas grandes, en cambio son menos perjudiciales, ya que sedimentan rápidamente y además, no pueden pasar a pulmones y tráquea porque se quedan en la garganta y nariz.
En Andalucía la contaminación por partículas es muy importante. El año pasado tuvo 80 días cuya calidad de aire estuvo por debajo de los límites aceptables para la salud humana (dobla en cantidad de toneladas a la que impone el protocolo de Kyoto). Ante esta crítica situación, la Consejería de Medio Ambiente va a promulgar una Orden que exigirá planes para mejorar la calidad del aire mediante una serie de reformas y mejoras en la industria y transporte a los municipios que superen los límites estipulados.
A nivel individual podríamos mejorar esta situación disminuyendo las emisiones de estas partículas: uso de transportes públicos, o transportes que no las emitan, uso de la bicicleta, energías alternativas, etc...
Lucía Franco
 
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