domingo, 28 de septiembre de 2014

MASS EXTINCTION AND GEOLOGICAL EVENTS / EXTINCIÓN MASIVA Y EVENTOS GEOLÓGICOS

Cuanto más profundiza la ciencia en el conocimiento del planeta Tierra, más patentes son las interacciones entre Geosfera, Biosfera, Hidrosfera y Atmósfera. Aquí tenemos un ejemplo bien documentado. Un equipo de la Universidad de Geociencias de Wuhan (China) ha publicado un artículo en el que muestran cómo la integración de todos los continentes en un gran supercontinente (Pangea) a fines del Pérmico, desencadenó cambios en la tasa de erosión y sedimentación, la concentración de oxígeno en atmósfera e hidrosfera, la de ozono estratosférico, la temperatura terrestre, etc. que llevaron finalmente a la mayor crisis de biodiversidad conocida.
El enlace es el siguiente:
http://www.geologypage.com/2013/11/the-biggest-mass-extinction-and-pangea.html#ixzz3EWnwuhcE

Espero que mi alumnado de CTMA sepa apreciar este artículo.

domingo, 21 de septiembre de 2014

SOBRE RICHARD DAWKINS, ATEISMO Y ESCEPTICISMO / ON RICHARD DAWKINS, ATHEISM AND SKEPTICISM


En el suplemento cultural Babelia, del diario El País, se ha publicado una entrevista al biólogo Richard Dawkins, renombrado divulgador de la evolución y ateo militante. La figura de Dawkins ha trascendido el campo de la ciencia (por eso aparece en este diario, que últimamente no se prodiga mucho en contenidos científicos) precisamente por su interés en llevar el pensamiento crítico y escéptico al campo de la educación. El entrevistador, Ricardo de Querol, nos recuerda la campaña patrocinada por Dawkins en 2009 que llevó a los autobuses londinenses anuncios con el lema: “Probablemente no hay Dios. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”.

Lo que me ha parecido interesante de esta entrevista es su distinción entre agnosticismo y ateísmo, que no se sale de lo comúnmente admitido. Para Dawkins, como para la mayoría, un agnóstico no se define con respecto a la existencia de algún tipo de dios. En general (esto lo añado yo) cree que no es posible saber racionalmente si existe algún ser divino. En la práctica, esto le lleva a prescindir completamente de la idea de dios.

Una persona atea, por el contrario, cree positivamente que no existe ningún tipo de divinidad. Aquí es donde aparece una dificultad, a la vez lógica y ontológica. ¿Se puede demostrar la existencia de algo que no es perceptible, ni directa ni indirectamente, a través de los sentidos? No estamos hablando de un triángulo equilátero o cualquier otra forma geométrica ideal, sino de un ser del que postulamos su capacidad creadora y en muchas religiones, su omnisciencia, su omnipotencia y su providencia.

La cuestiós podría aclararse con una analogía. Imaginemos el siguiente diálogo entre dos sujetos, A (ateo) y B (beato):

B: En esta habitación viven 40 duendes. Son como enanitos traviesos que juguetean sin parar y se nos suben encima, nos hacen cosquillas, que nos llevan a estornudar,…

A: ¡Un momento! Yo nunca he visto esos enanitos. Es cierto que a veces toso, estornudo y siento picores, pero eso se puede explicar de otras maneras.

B: Bueno, lo que pasa es que los enanitos son invisibles. Por eso no sabes de su existencia.

A: Vale, son invisibles. Pero, de alguna manera, se podrán detectar. No sé: cámaras de infrarrojos, microscopios, espectroscopios,… algún dispositivo que permita registrar alguna de sus propiedades.

B: No. No están hechos de átomos, es decir, de materia. No absorben ni emiten radiación. No tienen ningún tipo de energía registrable por ningún aparato. Viajan por el espacio y por el tiempo a voluntad. No hay manera humana de detectarlos, a no ser, claro está, que ellos quieran manifestarse a los humanos. Además, tienen más superpoderes que Superman.

A:  No puedo admitir que existan estos duendes que no puedo percibir.

B:  Eres un escéptico materialista, incapaz de abrirte a la dimensión espiritual de la existencia. Demuestra que los duendes no existen, si es que eres capaz.

A: Eres tú quien tiene que demostrar su existencia.

B: ¿Acaso no conoces la riquísima tradición de apariciones de estos duendes, que se remonta a milenios? ¿No sientes el encantamiento de esta habitación sagrada en la que moran? ¿Por qué te cierras a la inefable experiencia de entregarte a estos seres todopoderosos, expresada desde tiempo inmemorial por profetas, místicos y venerables sabios?

¿Es A quien debe demostrar la inexistencia de los duendes o, por el contrario, es B quien tiene que demostrar su existencia?

Sea cual sea la respuesta que demos a esta pregunta, o las contrapropuestas que formulemos, merece la pena leer a Richard Dawkins, especialmente su libro “El espejismo de Dios”. Analizar sus argumentos, ya sea para aceptarlos o para contraargumentar, nos hará sin duda un poco más sabios.
 
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