La
educación pública es un derecho básico para todas las personas,
incluyendo aquellas con discapacidad, entre ellas las personas con
Síndrome de Down.
Es
muy importante el hecho de que desde los inicios de la educación,
las personas con discapacidad (P.C.D) se encuentren en un aula
ordinaria, pues lo contrario sería aislarles en un aula específica
o “abierta”. En estas aulas solo se hayan personas con
discapacidades muy diferentes, es decir, no solo se agrupan personas
con Síndrome de Down o solo personas autistas, es un grupo bastante
heterogéneo.
Esto
no hace otra cosa que apartarles de los demás y no les hace ningun
bien a ellos ni a los que no somos P.C.D.
El
hecho de estar en una clase ordinaria es complicado pero necesario
para poder entender que en el día de mañana en la calle, en el
autobus, en el trabajo, etc... todos vamos a convivir juntos
independientemente de nuestras diferencias.
Como
hemos dicho antes esto no es una tarea fácil, pues implica un gran
esfuerzo por parte de las P.C.D, sus compañeros y aún mayor del
profesorado.
El
centro debe contar con una plantilla que este dispuesta a asumir este
esfuerzo y a dejarse ayudar cunado sea necesario. El profesor con un
alumno con discapacidad debe adaptar el temario a su nivel, para que
este haga el mismo trabajo que sus compañeros teniendo en cuenta sus
capacidades.
En
conclusión, una P.D.C no es una persona inutil, es tan util como
otra persona cualquiera si dedicamos el tiempo y esfuerzo requerido
para hacer que se sientan así.
Ana Ríos.
Marta Rojas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario